Los penales no son verdaderamente un espacio de reinserción y mejoramiento de los reclusos, ya que se siguen propiciando muchos de los círculos viciosos
Los magistrados permitieron mezclar delincuentes rivales como Juan Pedro Saldívar el "Z-27” y Jesús Iván Hernández el “Credo” en el penal de Topo Chico