La esposa del buzo, Silke, y un fotógrafo asistieron con pavor al incidente y documentaron la escena.
En unas imágenes sólo se ven las dos piernas de Rainer Shimpf fuera de la boca del rorcual, un espécimen raro y difícil de fotografiar, que se alimenta de pequeños peces y crustáceos.
El buzo, una vez a salvo, no esperó mucho para regresar al agua.
“Verificamos si el material estaba bien, que no tenía ningún hueso o costilla rota. Todo estaba bien”, contó.
Schimpf, de 51 años, no es un principiante, tiene 20 años de experiencia y fue recompensado varias veces y es consciente de los peligros a los que se expone.
“Los predadores como las ballenas o los tiburones embisten hacia sus presas y muchas veces nuestra visibilidad está muy reducida”, dijo.
“Nuestra determinación en garantizar al medio ambiente la mayor atención y protección sigue intacta”. “Si debiera volver a nacer me gustaría hacerlo como ballena“, añade Schimpf.
A la espera de su eventual reencarnación, su involuntaria interpretación de Jonás lo hizo famoso en las redes sociales. Las imágenes de su experiencia ya fueron vistas más de un millón de veces en YouTube.