El presidente electo Donald Trump eligió como nuevo responsable de la política medioambiental de Estados Unidos a Scott Pruitt, un fiscal de Oklahoma, quien no cree en la contribución del hombre al cambio climático y se ha dedicado en los últimos años a bloquear en tribunales regulaciones de Barack Obama para luchar contra el calentamiento global.
Con Pruitt, Trump buscará deshacer gran parte de los avances de la administración Obama contra el cambio climático y dar mayores facilidades a la industria del petróleo y el carbón. Pruitt es uno de los miembros del movimiento que niega en EE UU la existencia de un calentamiento global y sus vínculos con el consumo de energías fósiles, y rechaza las regulaciones estatales por considerar que perjudican al sector empresarial.
El Plan de Energía Limpia aprobado durante el gobierno de Obama obliga a gobiernos estatales a modificar energías fósiles por renovables, con el objetivo es reducir las emisiones de carbono un 32 por ciento en 2030.
Por su parte, el senador independiente y excandidato a la presidencia Bernie Sanders dijo sobre la asignación de Pruitt: “Esto es triste y peligroso”.
La industria vinculada a las energías fósiles, sin embargo, ha acogido su nombramiento como un éxito. Pruitt ha liderado desde hace unos años los esfuerzos legales para bloquear las distintas regulaciones federales. Para los defensores del libremercado, sin dudas, el límite es el propio planeta.
Según la NASA el consumo de energías fósiles es la primera causa del calentamiento global y en 2016 va en camino de quedar registrado como el año con temperaturas más elevadas desde que se registran estos datos.
Con información de El País
Expertos en comunicación y estrategia, especializados en la evaluación, desarrollo y supervisión de la imagen pública.