“Aplanar la curva” es un término utilizado para ejemplificar gráficamente la ralentización o retraso de la propagación del coronavirus.
Es decir, para que el número de casos se distribuya en mayor tiempo (curva plana) y no experimentar un fuerte aumento de infecciones en un periodo corto (curva alta).
La importancia de “aplanar la curva” también ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud, al considerarla “un enfoque que está salvando vidas y permitiendo ganar tiempo para desarrollar vacunas y tratamientos”.
Esto basado en que una transmisión controlada, permite una disminución en la propagación del virus en mayor tiempo, lo que quita la presión del sistema de salud y éste pueda brindar una mejor atención a los pacientes.
Japón es el ejemplo más comúnmente utilizado para explicar la “curva plana”, ya que de acuerdo con datos de la Universidad John Hopkins, tardó 59 días en alcanzar los mil casos de COVID-19; mientras que Italia y España ejemplifican la “curva alta”, con 101 mil 739 y 95 mil 923 casos confirmados en el mismo periodo de tiempo.
Especialistas y epidemiólogos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han explicado, basados en su investigación con el virus de la influenza, que solo se puede “aplanar la curva” si se toman medidas preventivas que frenen el contagio, como el aislamiento de personas afectadas, la suspensión de actividades masivas y escolares y el distanciamiento social.
Desde el pasado 30 de marzo, México implementó la Jornada Nacional de Sana Distancia, la cual se extendió hasta el próximo 30 de mayo. Actualmente registra 24 mil 905 casos y dos mil 271 víctimas mortales.
Datos de ourworldindata.org, sitio avalado por la Universidad de Oxford, apuntan que la trayectoria del virus en el país es similar a la de Suiza y Suecia, al presentar duplicación de casos cada seis días.
Información de Notimex