La mañana de este martes se informó que Nueva York, California e Illinois declararon sus ciudades en estado de emergencia, ello en respuesta al brote sin control de la viruela del mono, que continúa propagándose casi tan rápido como el COVID-19 lo sigue haciendo a este punto, pese a los métodos de vacunación y la información disponibles tras la pandemia.
La declaración tiene el propósito de aumentar y reforzar el número de vacaciones y así detener el alza de nuevas infecciones.
En conjunto, los tres estados representan casi la mitad de las 6 mil personas contagiadas con viruela del mono en Estados Unidos (EU), además de que mantienen el estatus de las tres ciudades más grandes del país, acrecentando así el temor a una propagación mundial en poco tiempo, pues conlleva el contagio de una enfermedad de la cual se sabe muy poco.
“California está trabajando para garantizar que las personas en mayor riesgo sean nuestro foco para las vacunas, el tratamiento y la divulgación”, declaró Gavin Newsom, gobernador de California, mediante un comunicado emitido este martes.
A todo esto, se sabe que el director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, designó apenas este pasado mes de junio a el brote como una emergencia internacional, invitando a los países a mantenerse a alertas, a aumentar sus medidas de salubridad y a estar dispuestos a formar parte de una mayor cooperación mundial para detener el virus que se ha propagado a docenas de países en unos pocos meses.