Con 74 votos a favor, 20 en contra y una abstención, ayer el Senado aprobó la reforma política del Distrito Federal que convierte a la Ciudad de México en una entidad autónoma con Constitución y Congreso propios.
Después de la decisión del Senado, es necesaria su aprobación de por lo menos 16 congresos estatales, por lo que Dolores Padierna y Alejandro Encinas, sentenciaron “que no sea el antichilangismo” el obstáculo para frenar la reforma.
Con información de Milenio
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