Un vecino del barrio de Stockbridge terminó en el hospital por una herida de bala, luego de que policías de Georgia, Estados Unidos, le dispararon por no querer bajar su arma. Todo estaría justificado si se hubiera tratado de la denuncia correcta.
Y es que la operadora del 911 recibió la semana pasada una llamada cerca de la media noche, en la que denunciaban tiros y gritos de una mujer.
Los policías, que llegaron a la dirección fueron recibidos por un sujeto armado de 63 años.
De acuerdo con los hechos, William Powell, el dueño de la vivienda, pudo confundir a los uniformados con algún merodeador; por ello salió con su arma.
Ante la negativa de bajar el arma, los uniformados dispararon contra Powell hiriéndolo en el cuello, según aclaró la Policía de Georgia en un comunicado.
Pese a las declaraciones sobre el tiroteo, se mantiene la investigación abierta. Según un portavoz de la agencia, la operadora que recibió la llamada pudo “perder algo en la comunicación” y que propiciara el error del operativo.
El capitán de policía Joey Smith declaró que el policía que hirió a Powell se encuentra en licencia administrativa mientras siguen las indagatorias.
Con información de The Washington Post y Telemundo
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