Esta semana el presidente Barack Obama pronunciará su último discurso sobre el Estado de la Unión en medio de dos grandes contradicciones.
En el séptimo discurso de Obama ante ambas cámaras del Congreso, en lugar de la lista consabida de grandes propuestas, nuevas políticas y exhortaciones a la aprobación de leyes, habrá un balance general de lo realizado desde 2009 y lo que falta por realizar en el último año de la presidencia. Colaboradores del presidente dijeron que el martes por la noche presentará su visión del país en 2016 y el rumbo que espera que tome en lo sucesivo. En la medida de lo posible, Obama tratará de inyectar energía a una serie de iniciativas que espera se prolongarán más allá de su presidencia.
Por una parte, la Corte Suprema de la nación podría decidir si considera o no el caso que tiene el potencial de destrabar las acciones ejecutivas migratorias que ampararían de la deportación a millones y que el Departamento de Justicia de esta administración está defendiendo.
Funcionarios de la Casa Blanca anunciaron que uno de los asientos de los invitados por la primera dama, Michelle, para presenciar este martes su último discurso sobre el Estado de la Unión, estará vacío. El asiento se dejará vacío “por las víctimas de la violencia de las armas que ya no tienen voz, porque necesitan que el resto de nosotros hablemos por ellas”, de acuerdo con un funcionario de la Casa Blanca.
Con información de USA Today
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