Recientemente el gobierno estadounidense ha recibido fuertes críticas debido a la política migratoria que separaba a padres e hijos migrantes detenidos en la frontera. Sin embargo esta no es una práctica exclusiva de EU, pues de acuerdo con la Unicef, México también ha incurrido en prácticas similares.
La organización dio a conocer este jueves su informe “Desarraigados en Centroamérica y México. Los niños migrantes y refugiados se enfrentan a un círculo vicioso de adversidad y peligro”, donde reporta que entre 2016 y 2017 casi 60 mil niños migrantes estuvieron retenidos en centros de detención en México antes de ser deportados.
La medida implementada por el Instituto Nacional de Migración implicaba que los niños de 12 años o más fueran llevados a una zona separada, mientras que a los menores de 12 se les permitía permanecer con sus madres.
Una publicación de la agencia EFE señala que los menores permanecen semanas o meses en centros de detención donde no se les permite salir para hacer uso de servicios ni con fines de ocio, ni siquiera en casos en los que el proceso de determinación de su condición de migrantes o refugiados sea largo.
“Existen muchas dudas acerca de cómo toman las autoridades de inmigración la decisión de repatriarlos y si esas decisiones redundan en el interés superior de los migrantes, especialmente de los niños. En cualquier caso, una vez tomada la decisión, es evidente que resulta más complejo reintegrar a los migrantes en sus comunidades de forma segura que el simple hecho de enviarlos a casa”, enfatiza UNICEF.
Problemas como la pobreza, la violencia endémica y acontecimientos graves como conflictos civiles, huracanes, terremotos, enfermedades de cultivos y otras crisis son lo que obliga a los menores a emigrar, factores que de acuerdo con la organización, no son tomados en cuenta al momento de deportarlos.
Esto deriva en que cada vez más menores se encuentren expuestos a los peligros y al estrés que representa la migración irregular, indica el informe.
“Que las familias sean conscientes de los peligros del viaje y, aun así, decidan hacerlo es una prueba de la gravedad de las causas estructurales de la migración irregular desde esa región”, explica el informe.
“A modo de ejemplo, la violencia creciente y la grave sequía que hubo en el norte de Centroamérica en 2014 generaron un aumento en el número de niños migrantes no acompañados que cruzaron a los Estados Unidos por la frontera de México. Un total de 68,541 menores no acompañados fueron interceptados en la frontera entre el 1 de octubre de 2013 y el 30 de septiembre de 2014, en comparación con los 38.759 de los 12 meses precedentes. Más de 68,400 unidades familiares (esto es, padres e hijos) fueron interceptados en el mismo periodo”, asegura.
Según Pia Rebello Britto, jefa de Desarrollo del Niño en la Primera Infancia de Unicef “una exposición continua a situaciones traumáticas (como la detención de niños y la separación familiar) puede ocasionar la liberación prolongada del cortisol, la hormona del estrés, que daña la funcionalidad cerebral”.
Por ello, la Unicef ha exhortado al gobierno mexicano a buscar la creación de políticas migratorias eviten la separación de los menores de sus familias, así como a tomar en cuenta las situaciones de violencia a las que pueden estar expuestos al permanecer en centros de detención.
Con información de MientrasTanto
Periodista. Dedicada a la producción de material multimedia periodístico.