México entrará el lunes a una “nueva normalidad” que implica reactivar varios sectores económicos sensibles, dijo el viernes el Gobierno, mientras casi todo el país sigue en luz roja de alerta máxima por la pandemia del coronavirus y en general no remiten las tasas de contagios, hospitalizaciones y muertes.
El pasado 30 de marzo, el Gobierno declaró una emergencia sanitaria que debe concluir el sábado y significó el encierro de la población en sus casas, la cancelación de clases y suspensión de actividades de la economía consideradas no esenciales.
“Estamos aquí unidos los mexicanos con la tarea de pavimentar el camino hacia la nueva normalidad. Es una estrategia de reapertura de las actividades sociales, familiares, económicas, escolares”, dijo el viernes el secretario de Salud, Jorge Alcocer, en una rueda de prensa del presidente y el gabinete.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dijo que aunque las medidas de distanciamiento social en la zona más afectada por el virus, la capital, permitieron reducir en un 81% los contagios y estos han empezado a descender, en el resto de México no se ha llegado ni siquiera al pico máximo.
“Es muy importante tener claro que la epidemia sigue (…), todavía tiene que completar varios ciclos de transmisión en distintas partes del país”, añadió. México acumula más de 81,400 casos conocidos y más de 9,000 muertes.
El funcionario mostró un mapa nacional basado en un semáforo oficial para saber cuándo relajar las restricciones. Apenas uno de los 32 estados, Zacatecas, aparecía naranja. El resto estaba en rojo, un color que permite solo operar a sectores como el financiero, el médico, el alimentario o el energético.
CADENA EN VILO
Tras ser catalogada como esencial en mayo junto con la minería y la construcción, la industria automotriz, altamente conectada con las cadenas de valor de Estados Unidos, ha ido retomando en los últimos días su operación de forma gradual con estrictos protocolos sanitarios.
Fiat-Chrysler y Ford, las japonesas Toyota, Nissan y Honda, y BMW han reactivado sus plantas en el centro y norte del país, mientras las alemanas Volkswagen y Audi no han podido arrancar en el estado Puebla porque el gobierno local prefiere esperar antes de suspender los controles.
También en zonas de la capital y Estado de México y en entidades como Morelos y Chihuahua algunas empresas del sector automotor han tenido problemas para reiniciar poniendo en riesgo el suministro de partes, debido a medidas más estrictas de los gobiernos regionales, según actores de la industria consultados.
El gobernador del norteño Chihuahua, Javier Corral, presentó el viernes el sistema de semáforo que regirá en la entidad desde el 1 de junio y que empezará en rojo, y aclaró que las firmas automotrices podrán operar con el 30% de sus plantillas.
El director de comercio exterior de la Industria Nacional de Autopartes, Alberto Bustamante, prevé que a partir del lunes se empezarán a agilizar los permisos de las autoridades sanitarias de Chihuahua, Morelos y Estado de México, porque todas adoptaron sistemas similares de reapertura.
Y si bien teme que en Ciudad de México y zonas aledañas puedan persistir retrasos debido a sus altos números de contagios, Bustamante acotó que la mayor preocupación es Puebla, donde no podrán reabrir debido a un decreto regional, porque ello podría paralizar la cadena de producción en Estados Unidos.
En el sureño estado Guerrero, el gobernador Héctor Astudillo pidió el viernes a los ciudadanos permanecer en casa hasta nueva orden, después de que esa región, sobre todo el balneario de Acapulco, se convirtiera en una de las zonas más afectadas.
El anuncio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, se produce después de que el banco central estimara esta semana que el deterioro de la economía se profundizará en el segundo trimestre y pronosticara una contracción económica de hasta un 8.8% para 2020.
Información de Reuters