Con la captura de José Yépez Ortiz “el Marro”, líder del poderoso Cártel Santa Rosa de Lima, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador dio su mayor golpe al narcotráfico, aunque los cárteles de la droga siguen sembrando la violencia a lo largo y ancho de México.
Hay al menos una decena de cárteles mexicanos, con redes que se expanden a Estados Unidos, Centroamérica, Suramérica y Europa, y una treintena de cédulas criminales dedicadas al tráfico de drogas, los secuestros y la extorsión.
Los enfrentamientos entre estas organizaciones han generado una espiral de violencia en la última década en México, que en 2019 rompió su récord de homicidios.
Estas son las organizaciones más importantes del país de acuerdo con informes de la Fiscalía General de la República (FGR), la Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos e investigaciones académicas y periodísticas consultados por Efe:
CARTEL DE SINALOA: También conocido como Cártel del Pacífico y fundado en 1989, es uno de los más antiguos de México, considerado el más grande y el que tiene mayor presencia en Estados Unidos.
Concentrado en el Pacífico mexicano, controla el llamado Triángulo Dorado (Sinaloa, Chihuahua y Durango), una región con alta concentración de plantaciones de marihuana y amapola, y tiene presencia en Baja California y Baja California Sur.
Distribuye metanfetaminas, marihuana, cocaína, heroína y fentanilo a Phoenix, Los Angeles, Denver, Atlanta y Chicago.
Se cree que tras el arresto de Joaquín “el Chapo” Guzmán, el que fuera considerado el narcotraficante más poderoso del mundo y condenado el año pasado a cadena perpetua en Estados Unidos, la organización pasó a estar controlada principalmente por Ismael Zambada “el Mayo”, líder histórico del cártel.
El Cártel de Sinaloa sitió el año pasado la ciudad de Culiacán como respuesta a la captura de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, lo que obligó al Ejército a liberarlo.
CARTEL JALISCO NUEVA GENERACION: Antiguo brazo armado del Cártel de Sinaloa para combatir a los Zetas, se independizó de la organización matriz y comenzó a operar en 2011 bajo el liderazgo de Nemesio Oseguera Cervantes “el Mencho”, uno de los criminales más buscados en México y Estados Unidos.
Es el cártel de mayor crecimiento, expansión y uno de los más violentos dentro de México.
Con sede en la ciudad de Guadalajara, opera en al menos 24 de los 32 estados del país, con especial presencia en Jalisco, Nayarit, Baja California (donde se alió y absorbió al Cártel de Tijuana, rival histórico del Cártel de Sinaloa), Colima, Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Querétaro, Morelos, Veracruz, Estado de México, Ciudad de México y Puebla.
Fabrica y distribuye grandes cantidades de metanfetamina, cocaína, heroína y fentanilo a Los Angeles, Nueva York, Chicago y Atlanta.
Según la DEA, el rápido crecimiento de esta organización de estructura paramilitar se debe a su “disposición a enfrentarse violentamente con las fuerzas de seguridad del Gobierno mexicano y los carteles rivales”.
Recientemente demostró su poderío con un atentado fallido contra el jefe de policía de Ciudad de México en el que murieron tres personas y reflejó su presencia en la capital del país.
SANTA ROSA DE LIMA: Con fuerte presencia en el céntrico estado de Guanajuato, el Cártel Santa Rosa de Lima se ha caracterizado por el tráfico de drogas, los secuestros, la extorsión y sobre todo el robo de combustible de los oleoductos de la petrolera estatal Pemex.
Su líder, el Marro, ha sido uno de los objetivos principales del Gobierno de López Obrador, que durante meses ha cercado a sus colaboradores y familiares y finalmente logró capturarlo a comienzos de este mes.
La brutal guerra iniciada en 2018 contra el Cártel Jalisco Nueva Generación por el control del robo de hidrocarburos (conocido en México como huachicol) ha convertido a Guanajuato en el estado más violento del país.
CARTEL DE LOS BELTRAN LEYVA: Fue una escisión del Cártel de Sinaloa en 2008 liderada por los seis hermanos Beltrán Leyva. Todos fueron asesinados o encarcelados, pero de este escindieron varias cédulas que siguen operando en estados como Guerrero, Morelos, Estado de México, Nayarit, Aguascalientes, Sinaloa y Sonora.
Los dos grupos más prominentes son Los Rojos y Guerreros Unidos, que están enfrentados por el comercio de la heroína.
Según la versión oficial del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), Guerreros Unidos estaría detrás de la desaparición en 2014 en Iguala (Guerrero) de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, a los que habría confundido con miembros de Los Rojos.
CARTEL DE JUAREZ: Vivió su auge en la década de 1990 con el liderazgo de Amando Carrillo Fuentes, apodado El Señor de los Cielos por su flota de aeronaves para el transporte de drogas.
Actualmente concentra su presencia en el norteño estado de Chihuahua, donde a mediados de 2010 mantuvo una cruenta guerra con el Cártel de Sinaloa que disparó la violencia en la región, especialmente en Ciudad Juárez, frontera con El Paso (Texas).
Aunque su influencia ha disminuido mucho, trafica heroína y metanfetaminas a El Paso, Denver, Chicago y Oklahoma.
CARTEL DEL GOLFO: Activo desde la década de 1980, tuvo gran influencia en el norte y este del país, pero se debilitó por escisiones y actualmente se centra en el estado de Tamaulipas y, según algunos reportes, tiene presencia en Quintana Roo, en el Caribe mexicano.
Según la DEA, trafica heroína y metanfetaminas a través de la frontera con Texas, con cientos de puntos de distribución en Houston y Detroit.
LOS ZETAS Y EL CARTEL DEL NORESTE: Los Zetas eran el brazo militar del Cártel del Golfo pero se escindieron de la organización, con la que mantuvieron una cruenta guerra en 2010 por el control del noreste de México y lograron controlar buena parte del país. En 2016, se fracturaron dando lugar al Cártel del Noreste.
“Ha disminuido significativamente su influencia por batallas con cárteles y fuerzas de seguridad”, según la DEA.
El Cártel del Noreste tiene su base en la ciudad de Nuevo Laredo (Tamaulipas) e influencia en Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí. Distribuye drogas a las ciudades estadounidenses de Laredo, Dallas y Nueva Orleans.
LA FAMILIA MICHOACANA Y LOS CABALLEROS TEMPLARIOS: La violencia, los postulados religiosos y la ideología regionalista caracterizaron a La Familia Michoacana, que expulsó a los Zetas de Michoacán, en el centro del país, durante los años 2000.
Pero la organización quedó debilitada por la muerte de su líder, Nazario Moreno González “el Chayo” en 2014 y por la escisión interna de Los Caballeros Templarios, que también se han visto mermados por el arresto o muerte de sus liderazgos.
A pesar de eso, ambas organizaciones todavía tienen presencia en el centro y sur del país: Michoacán, Guerrero, Estado de México y Morelos.
UNION TEPITO Y ANTI-UNION TEPITO: Son dos grupos rivales dedicados al tráfico de drogas y la extorsión en negocios de la Ciudad de México, especialmente en el centro histórico. Junto con el llamado cártel de Tláhuac se disputan la capital -que tradicionalmente se consideraba sin presencia del crimen organizado- y tienen vínculos con otros grupos.
Información de EFE