De acuerdo con la encuesta Alimentación, actividad física y ocio durante el confinamiento, realizada por la Universidad del Valle de México (UVM), la mitad de mexicanos (47%) confiesa que ha subido de peso en la pandemia.
Cifras del Instituto Nacional de Salud Pública establecen que 96 millones de los 126 millones de mexicanos tienen sobrepeso, enfermedad que causa 300 mil muertes al año.
De acuerdo con cifras oficiales, dos de cada 10 personas que fallecieron por COVID-19 padecían obesidad; cuatro de cada 10 tenían hipertensión; y tres de cada 10 padecían diabetes.
Según lo señalado por los especialistas hay varios factores que influyen para que las personas suban de peso como el cambio de hábitos, la falta de actividad física y oralización de la angustia.
De acuerdo con Blanca Ríos, psicóloga del Instituto de Obesidad del Hospital Ángeles, para saber si una persona es comedora emocional, la prueba es sencilla. Si de pronto tienes hambre o un antojo que te hace comer saturado carbohidratos y luego te da sentimiento de culpa es probable que sientas hambre emocional.
Además, en México, la obesidad y el sobrepeso afectan a 1 de cada 3 niños y niñas en edad escolar. Por ello, ante la pandemia por #COVID19, es muy importante protegerles con una alimentación saludable y manteniéndolos activos. Para lograr lo anterior, la Unicef recomienda:
- Cocinar y comer en familia. Es importante ya que además de fortalecer los vínculos es una excelente forma de crear rutinas saludables.
- Evitar la comida chatarra y los refrescos ya que son altos en azúcares y grasas, y aporta muy pocos nutrientes.
- Fomentar el consumo de agua simple.
- Comer verduras y frutas todos los días.
- Que los bebés reciban lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses de vida y después complementarla con alimentos nutritivos.
- Evitar que niñas, niños y adolescentes pasen mucho tiempo frente a una pantalla. Es importante que papás y mamás hagan ejercicio con ellos y otras actividades creativas que les permitan mantenerse en movimiento.