Durante la pandemia, Xochimilco se ha convertido en la sede de la única fábrica de cubrebocas N95 de México, que se encargará de suministrar este material a todo el país.
Con 25 trabajadores, la planta es capaz de producir hasta 40 mil piezas cada día, antes de ella, este tipo de mascarillas tenían que ser importados desde China, principalmente.
Para dar inicio al proceso de elaboración comienza cuando una máquina adhiere cinco capas de diferentes materiales: tela repelente, poliéster rígido, tela no tejida (meltblown) y dos capas polipropileno.
Una vez que se tiene una sola pieza, se cortan cuadros de 45 por 45 centímetros, se colocan en una superficie plana con cuatro moldes cóncavos, y se aplastan a 142 grados centígrados durante 11 segundos.
El último paso es imprimir el número de certificación, el logo del gobierno capitalino, de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI) y de la marca Alta Tecnología en Filtración de Aire (ATFIL).
De acuerdo con José Bernardo Rosas Fernández, director general de Desarrollo e Innovación Tecnológica de la SECTEI, el gobierno capitalino contactó en marzo a la empresa ATFIL, la cual trabaja con proximidad a la UNAM, para acordar una inversión de 31.5 millones de pesos en la producción de 6 millones de mascarillas en la fábrica de cubrebocas N95 en la CDMX hasta el 31 de diciembre.
Información de Chilango