El presidente Donald Trump dijo el sábado en un video desde la habitación del hospital en el que está internado que se siente “mucho mejor” y espera “volver pronto”, tras un día de mensajes contradictorios desde la Casa Blanca sobre su condición luego de ser diagnosticado con COVID-19.
En un video de cuatro minutos publicado en Twitter, Trump, con aspecto cansado y vestido con una chaqueta y una camisa con el cuello abierto, dijo que “no se sentía tan bien” cuando llegó al Centro Médico Militar Walter Reed y que los próximos días serán cruciales en su lucha contra el coronavirus.
“En el próximo período de unos pocos días, supongo que esa es la verdadera prueba, así que veremos qué sucede durante los próximos días”, dijo Trump, sentado en una mesa redonda frente a una bandera estadounidense.
Sus palabras se dieron horas después de que se produjeran diferentes evaluaciones de su salud por parte de los funcionarios del gobierno, que no dejaron en claro qué tan enfermo estaba el mandatario desde que dio positivo por coronavirus el jueves por la noche.
Más temprano el sábado, un equipo de médicos declaró en una conferencia de prensa que el mandatario estaba “muy bien”. Uno de los profesionales afirmó que el republicano les había dicho “Siento que hoy podría salir de aquí”.
Pero en cuestión de minutos, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, dio a la prensa una evaluación menos optimista al decir: “Los signos vitales del presidente durante las últimas 24 horas fueron muy preocupantes y las próximas 48 horas serán críticas en términos de su atención. No hay un camino claro hacia una recuperación completa”.
Meadows, cuyos comentarios iniciales fueron dados bajo condición de anonimato, cambió su discurso horas después y dijo a Reuters que Trump estaba “muy bien” y que “los médicos están muy satisfechos con sus constantes vitales”.
Trump, de 74 años, abandonó el viernes la Casa Blanca y fue trasladado en helicóptero al centro médico en Bethesda, Maryland, horas después de que fuera diagnosticado con la enfermedad y en un episodio que trastocó la carrera electoral a un mes del 3 de noviembre.
Otra fuente dijo que Trump experimentó dificultad para respirar y su nivel de oxígeno cayó, lo que llevó a sus médicos a darle oxígeno suplementario, antes de que fuera trasladado.
También el sábado, el médico de la Casa Blanca, Sean P. Conley, dijo a periodistas fuera del hospital que Trump no había experimentado dificultad para respirar y que no le dieron oxígeno en Walter Reed.
“El equipo y yo estamos muy contentos con el progreso que ha logrado el presidente”, aseveró Conley. Se negó a dar un cronograma para una posible salida del hospital.
Trump tuiteó elogios para el personal médico de Walter Reed y otras instituciones que se les han unido, diciendo que son “increíbles” y que, con su ayuda, “¡me siento bien!”.
Trump corre un alto riesgo debido a su edad y peso. Ha permanecido aparentemente en buen estado de salud durante su periodo en el cargo, pero no se sabe si hace ejercicio con regularidad o si sigue una dieta saludable.
El vicepresidente Mike Pence, quien asumirá las funciones de Trump si el mandatario se enferma gravemente, dio negativo a una prueba, dijo un portavoz. El exgobernador de Indiana, de 61 años, trabaja desde su propia residencia a varios kilómetros de la Casa Blanca.
Trump trabajará en una suite especial en el hospital durante los próximos días como medida de precaución, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany. El mandatario no tenía eventos públicos agendados para el sábado.
El diagnóstico fue un nuevo revés para el republicano, que aparece detrás de su rival demócrata Joe Biden en las encuestas de opinión de cara a las elecciones en las que buscará un segundo mandato.
Trump ha minimizado la amenaza de la pandemia desde el principio, pese a que el coronavirus ha dejado más de 200.000 estadounidenses muertos y ha golpeado con dureza la economía.
Información de Reuters