Más de medio millón de personas han muerto a causa del coronavirus en Estados Unidos, mientras el país se apresura a vacunar a sus residentes más vulnerables antes de que las nuevas variantes de la mortal enfermedad se propaguen.
En Estados Unidos han muerto más personas a causa del COVID-19 que en cualquier otro país del mundo. Con el 4% de la población mundial, Estados Unidos tiene el 20% de todas las muertes por COVID y una de las tasas más altas de muertes por cada 100.000 residentes, sólo superada por algunos países como Bélgica, el Reino Unido e Italia.
A diferencia de muchos países del mundo que tuvieron confinamientos nacionales y dónde se ordenó el uso de mascarillas, el expresidente Donald Trump dejó las decisiones de salud pública en manos de los gobiernos locales, lo que dio lugar a un mosaico de normas que a menudo contradecían a los médicos y funcionarios de salud.
Tras muchas reuniones navideñas sin mascarilla, enero se convirtió en el mes más mortífero de la pandemia hasta el momento, con una media de 3.000 muertos diarios en el país.
Con un total de muertes superior a 500.000, uno de cada 673 residentes en Estados Unidos ha sucumbido a la pandemia. Las muertes mundiales han alcanzado los 2,57 millones, es decir, una de cada 3.000 personas del planeta.
En Estados Unidos, se han registrado más de 28 millones de casos hasta la fecha, aproximadamente el 25% de todas las infecciones mundiales. Tras alcanzar un máximo de casi 300.000 nuevos casos en un solo día, el 8 de enero, Estados Unidos informa ahora de unos 70.000 nuevos contagios diarios.
Sin embargo, nuevas variantes del virus amenazan con interrumpir el camino hacia la normalidad.
Las autoridades también han advertido de que la mayoría de estos casos proceden de una variante más transmisible descubierta por primera vez en el Reino Unido, denominada B.1.1.7, que podría convertirse en la dominante en Estados Unidos en marzo.
Las autoridades sanitarias también están preocupadas por una variante identificada por primera vez en Sudáfrica, denominada 501Y.V2, que presenta múltiples mutaciones en la importante proteína “pico” a la que se dirigen las vacunas actuales.
VACUNAS: UNA NUEVA ESPERANZA
Alrededor del 15% de la población estadounidense ha recibido al menos una dosis de vacuna hasta ahora y se han administrado más de 63 millones de dosis, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Al ritmo actual, Estados Unidos tardaría más de nueve meses o hasta finales de noviembre de este año en vacunar al 75% de la población del país. Incluso si el ritmo actual se duplicara, aún se necesitaría hasta principios de julio para vacunar al 75% de los residentes.
Información de Reuters