“Desde San Diego a McAllen a Houston a Miami, la gente se reúne en una hermosa fuerza multirracial y desafiante”, expresó Cristina Jiménez una de las activistas marchantes.
Una de las principales reivindicaciones de las protestas es la de proteger a jóvenes indocumentados conocidos como “soñadores” de la deportación, en caso de que Trump derogue las medidas ejecutivas de Obama para evitar que fueran devueltos a sus países y concederles permiso de trabajo.
Por su parte, Donald Trump atacó ayer al congresista y veterano activista de los derechos civiles John Lewis por cuestionar la legitimidad de la victoria del empresario en las elecciones presidenciales. Ello intensificó una disputa con el legislador afroestadunidense días antes del feriado nacional en honor a Martin Luther King Jr.
Trump dijo ayer en Twitter que el demócrata Lewis “debería pasarse más tiempo arreglando y ayudando a su distrito, que está en pésima forma y desplomándose (por no hablar de que está infestado de delincuentes), en lugar que quejarse falsamente de los resultados electorales”. El Presidente electo añadió: “Palabras, palabras, palabras… ni acción ni resultados. Triste”.
Este enfrentamiento demuestra el contraste en la manera de cómo muchos afroestadunidenses ven la asunción presidencial de Trump en comparación con la de Barack Obama hace ocho años.
Con información de Excélsior
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