Esta semana vimos como miles de mujeres y hombres salieron a las calles de Argentina, Chile, Ecuador, México y otros países para exigir mayor seguridad para las mujeres y justicia para los casos de feminicidio.
Se trata de un grito de auxilio que hace notar la valía y fragilidad de la mujer con etiquetas como #VivasNosQueremos, #NiUnaMenos, #TodasParamos. No se trata de un discurso feminista, sino de exigencia ante los asesinatos, violaciones, humillaciones y maltratos contra el género.
De acuerdo con el Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas (UNFPA), cada diez minutos una adolescente muere en el mundo por algún tipo de violencia. Además, 47 mil 700 niñas menores de 17 años se casan.
En México tenemos los casos de las muertas de Ciudad Juárez, Chihuahua, así como los feminicidios en Estado de México, y la trata de blancas en Tlaxcala. Sin contar a las mujeres entre las más de 27 mil desaparecidos en el país.
El trago amargo de estas últimas semanas es para los argentinos. Eso después del caso de Lucía Pérez, la joven de 19 años que fue drogada y violada por tres sujetos hasta que murió en la ciudad de Mar de Plata.
El pasado martes, un día previo a la marcha internacional, el hermano de Lucía, Matías Pérez, publicó una carta donde además de desahogarse, también sensibilizó a la opinión pública haciendo un perfil muy genuino y honesto sobre la joven que murió.
“¿Cómo era Lucía? Como el arte, como el rock, como el amor a los animales. Ahí, en cada estrofa de Viejas Locas, en cada pogo ricotero y en cada abrazo a una mascota abandonada, la van a poder encontrar siempre, sonriendo, mimando a su perro y tirando buena onda para todos lados, por las dudas.
Vivía tranquila, sin salir mucho de casa, hasta ese maldito sábado, 8 de octubre. Pasaron a buscarla cerca de las 10, cuando papá ya se había ido a su laburo. Y a las 15, cuando mi mamá llegó de trabajar, encontró el Facebook abierto en su computadora, junto al equipo de mate, porque sí, Lucía creía que iba a volver inmediatamente a su casa… Se la llevaron engañada […]”.
Es parte de la carta publicada en La Poderosa, una plataforma social para denuncia: http://www.lapoderosa.org.ar/2016/10/y-ahora-nos-amenazan-de-muerte/
En otro ejercicio para dimensionar el problema de violencia de género, se ha viralizado un mensaje en las redes sociales. Es una carta titulada “Soy bien puta” que trata de “justificar” de alguna manera todas las agresiones contra las mujeres.
“Soy bien puta…
Como Micaela que tenía 12 años. Un tipo de 26 la mató porque la nena no quiso tener sexo con él. Pero bueno, ella tenía varios Facebook y subía allí fotos ‘provocativas’, qué quieres.
Una chica en Brasil fue drogada y luego violada por más de 30 hombres, todo organizado por su novio, en venganza por una supuesta infidelidad de ella. Se filmó el hecho y se subió a distintas redes sociales para el disfrute de muchos. Pero escúchame, la niña con 16 años ya tenía un hijo y encima se drogaba, una putita…
¿Y Melina? ¿Te acuerdas de ella? ¡¡Qué loca que era!! Los culpables de su violación y muerte no fueron los cuatro violadores y asesinos, sino ella, porque le gustaban los bares y no estudiaba.
O Daiana, que fue a una entrevista de trabajo de noche y vestida con short, a quién se le ocurre, re puta.
A Selena el novio le dio 49 puñaladas por haberlo dejado, pero era re puta la niña.
Marina y María José… ¡¡viajaban solas!! ¡¡Dos mujeres solas!! Ellas también, ¿qué esperaban?
Rosa, de 74 años, sufrió una golpiza brutal en manos de su novio, pero seguro algo hizo, lo debía tener bien harto… Y era buscona la vieja, se cogía a todos en el centro de jubilados.
Mailén fue violada por Miguel, dos veces, en la casa de él. Pero bueno, ella eligió ir a la casa del tipo, ¿qué pretendía que pase? Enorme puta.
A Cintia el ex marido la mató a puñaladas frente a sus tres hijos porque lo había dejado. Pero ella ya andaba con otro en vez de ocuparse de los niños.
A Macarena el ex novio le cortó el cuello con una trincheta también porque lo dejó. Pero ella era reina de belleza, se mostraba mucho la tipita.
Y podríamos seguir. Por un rato largo, porque la lista de víctimas de la violencia machista es eterna. Y la sarta de basura también machista para justificar cada caso, también. Ángeles, Araceli, Lola, una cada menos de 30 horas. ¿En Brasil? Una violación cada 11 minutos.
¿En México? 7 mujeres asesinadas cada día, muchas más desaparecidas y jamás halladas con vida. A todas, pero todas, les pasó por putas.
Mañana puedo ser yo la puta muerta/violada/golpeada del día. Pero bueno, estas son pendejadas por las que se preocupan las feminazis nomás, que son unas pinches exageradas. Y unas putas. Siempre, siempre putas”.
No es una lucha de egos, es una lucha de derechos: el de la vida, el del respeto a nuestro cuerpo y al de nuestra dignidad como seres humanos.
Con información de redes sociales y La Poderosa
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