Después de los disturbios que provocó la muerte de Nimr al Nimr el sábado junto a 46 personas más, Irán y Arabia Saudita rompieron relaciones diplomáticas.
Nimr al Nimr fue condenado a muerte en 2014 en Arabia Saudita bajo la acusación de terrorismo, pero el ayatolá Alí Jamenei de Irán, declaró que realmente fue ejecutado por oponerse al gobierno suni de Arabia Saudita; en un mensaje de Twitter, dijo: “La sangre injustamente derramada del mártir oprimido #SheikhNimr influirá rápidamente y la venganza divina se apoderará de los políticos saudíes”.
Después de que varios manifestantes prendieran fuego a la embajada saudita en Teherán el sábado, el presidente iraní Hassan Rohani, condenó el ataque a las misiones diplomáticas sauditas y el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Adel al Jubeir, declaró que no permitirá que Irán amenace su seguridad.
Además del ataque a la embajada, musulmanes chiítas protestaron en Irak, Bahréin y otros países; mientras que varios líderes chiítas denunciaron la ejecución. En Irak, Alí al Satani, calificó la ejecución como una “agresión injusta” y Nassan Nasralá, líder de Hezbolá, acusó a la familia gobernante saudita, de buscar una guerra civil entre sunitas y chiítas de todo el mundo, asegurando que la sangre derramada de Nimr al Nimr “acosará a la familia al Saud hasta el Día de la Resurrección”.
Con información de BBC
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