Si bien durante dos décadas el programa surtió efecto y la capital mexicana logró reducir la contaminación ambiental, en 2008 se decidió extender la restricción de circulación a los fines de semana pero esta modificación con logró los objetivos planteados.
“Revisé un grupo entero de contaminantes, incluidos niveles máximos, cada hora del día, pero no pude encontrar ninguna evidencia de que el programa mejorara la calidad del aire”, sostiene Lucas Davis, parte del equipo de expertos que realizó el estudio universitario.
“Manejar es un símbolo de estatus real en la Ciudad de México y una vez que una familia ha ahorrado dinero suficiente para comprar un carro, el estatus asociado con los vehículos privados es difícil de romper para la gente”, dijo.
Sin embargo Mark Watts, director de C40, una agrupación mundial de ciudades asociadas para combatir el cambio climático, dijo que la capital ha hecho mejoras en el transporte público para brindar alternativas a la población, como el esquema de bicicletas compartidas. Para Davis, es necesario atacar directamente a la contaminación. “Eso significa incrementar el costo de conducir, y significa precios más altos en la gasolina“, pero no explica el impacto en la economía que ello requiere.
Con información de Aristegui Noticias
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