El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien estuvo a cargo por 40 años del Templo Mayor, es el primer mexicano cuyo nombre da título a una cátedra en el prestigioso centro de estudios norteamericano.
En la presentación del programa, Mike Elliott, vicerrector de Asuntos Internacionales de Harvard, dijo: “Cuando las instituciones políticas y económicas nos decepcionan, las culturales permanecen estables”.
Matos habló ante un auditorio repleto, luego de la presentación de su colega David Carrasco, profesor de antropología en Harvard: “Matos ha enseñado a los mexicanos quiénes son en realidad”.
Eduardo Matos Moctezuma recordó que el pasado existía para los mexicanos más allá de Porfirio Díaz y Pancho Villa. Que el mito fundador del águila y la serpiente echaba sus raíces en el subsuelo del centro de la Ciudad de México. En un ejercicio extraordinario de alquimia histórica, fundió el presente mexicano, los edificios coloniales del centro de la capital, los imperiales, los porfiristas, los modernistas, con su pasado, los restos de Templo Mayor.
El Templo Mayor y la muerte en el México prehispánico son en verdad sus grandes pasiones. Su primer libro, Muerte a filo de obsidiana, publicado en 1975, trataba precisamente la relación de los aztecas con la muerte. En su introducción, Matos escribió: “No recordamos ningún otro pueblo que haya representado la muerte en forma tan obsesiva como en algunas de nuestras culturas prehispánicas. ¿Culto a la muerte? Más bien culto a la vida… A través de la muerte”.
“La pasión que siento por este tema”, leía Matos el martes, “podría ser materia de estudio para psicoanalistas, pero no les daré la oportunidad”, dijo.
Con información de El País
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