Aunque el mismísimo Elvis Presley lo señalaba como el auténtico Rey del rock and roll, el corpulento pianista y cantante se mantuvo alejado de las grandes etiquetas.
“Nunca pensé en ser llamado el ‘Rey’. Pero sé que la gente compró mis discos. Vendí muchos. Así que estoy agradecido”, manifestó Antoine “Fats” Domino Jr. tras alcanzar las ocho décadas de existencia. Nueve años después, en la tarde de ayer, el cantante y pianista falleció en Harvey, en Nueva Orleans, su ciudad natal, por causas naturales.
Considerado uno de los pioneros del rock and roll, no encajó nunca en los estereotipos del género. A diferencia de Chuck Berry, Little Richard, Jerry Lee Lewis e incluso Elvis Presley, evitó protagonizar cualquier tipo de escándalo. Nunca le gustó viajar fuera de su casa para estar cerca de sus ocho hijos, incontables bisniestos y su esposa, con la que estuvo casado toda la vida. Incluso no asistió a su introducción en el Rock and Roll Hall Fame ni a la Casa Blanca para recoger la Medalla de las Artes que le concedieron.
En 1948, el artista afroamericano, nacido en el seno de una familia humilde de Louisiana, fue descubierto por Lew Chudd, dueño de la disquera californiana Imperial Records. Fue ahí donde Domino conoció al trompetista y compositor Dave Bartholomew, con el que compuso su primer gran éxito: “The Fat Man” (“El gordo”), reverenciado como la primera grabación que se hizo de un rock and roll.
Después de “The Fat Man”, que llegó al segundo puesto de la cartelera R&B de su país y con el que llegó a vender un millón de copias, Domino lanzó una serie de éxitos. Hasta que en noviembre de 1956 apareció su primer álbum, Carry on Rockin’, del sello Imperial Records, que el año siguiente fue reeditado con el nombre de Rock and Rollin’ with Fats Domino. A partir de ese momento, Fats disfrutó, en un hecho sin precedentes en la escena musical de los Estados Unidos, de una buena racha de hits. Entre 1956 y 1960 ubicó en el Top 40 clásicos de la talla de “I’m Walking”, “Whole Lotta Loving”, “Blue Monday”, “Walking to New Orleans” y “Blueberry Hill”.
Durante los sesenta, el único hito musical potente que patentó a lo largo de esa década se trata de “Lady Madonna”, clásico de The Beatles basado en su tema “Blue Monday”. “Cuando lo hice, estaba sentado en el piano tratando de reproducir un boogie woogie”, dijo Paul McCartney acerca de esta canción, lanzada en 1968, que fue versionada por el músico meses después, en el álbum de su regreso Fats is Back, bajo las órdenes del productor Richard Perry.
“Bob Marley dijo que el reggae comenzó con Fats Domino”, asegura Rick Coleman, autor de la biografía Blue Monday: Fats Domino y The Lost Dawn of Rock & Roll. El investigador estadounidense también se atreve a afirmar que las raíces de la cultura popular tal como se la conoce hoy fueron establecidas por personas como el pianista y cantante, al igual que por otros artistas de Nueva Orleans,
Domino fue noticia en agosto de 2005 a causa del huracán Katrina, uno de los cinco más mortíferos en la historia de los Estados Unidos. De hecho, mucha gente olvidó que estaba vivo hasta ese entonces. Cuando la Guardia Nacional comenzó a rescatar a las víctimas de los techos, se corrió el rumor de que el músico había muerto. Si bien varios artistas fueron evacuados a Houston, Austin, Nashville y Memphis, nadie sabía absolutamente nada acerca de Fats, lo que generó temor en cuanto a su estado de salud. Las dudas se despejaron una vez que un diario local publicó una foto suya subiendo a barco a Baton Rouge, tras ser asistido en su casa.
Que en paz descanse
Con información de Página 12
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