Las principales naciones petroleras no lograron acordar el viernes recortes récord de producción en las conversaciones del G-20 para aumentar los precios, hundidos por la crisis del coronavirus, ya que Arabia Saudita se enfrentó con México a pesar de una oferta de mediación del presidente Donald Trump.
Arabia Saudita, Rusia y sus aliados, que conforman el grupo informal OPEP+, alcanzaron el jueves un pacto para reducir el bombeo de petróleo en una cantidad equivalente al 10% de los suministros mundiales, y dijeron que querían que otras naciones recortaran un 5% más.
Pero los esfuerzos para concluir el acuerdo chocaron con la postura de México, que dijo que solo reduciría la producción en una cuarta parte del monto exigido por la OPEP+.
Las medidas para frenar la propagación del coronavirus han secado la demanda de combustible para aviones y autos, tensando los presupuestos de las naciones productoras y golpeando a la industria del esquisto estadounidense, más vulnerable a los precios bajos del crudo por sus costos más altos.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que Trump se había ofrecido a hacer recortes adicionales de Estados Unidos en su nombre, una oferta inusual del mandatario, que durante mucho tiempo criticó a la OPEP.
Trump, que había amenazado a Arabia Saudita con aranceles si no solucionaba el problema del exceso de oferta, dijo que Estados Unidos ayudaría a México y destacó que Washington esperaba un resarcimiento, pero no aclaró condiciones.
Pero la oferta no fue suficiente para cerrar el trato. Dos fuentes familiarizadas con las discusiones dijeron que Arabia Saudita se enfrentó con México el jueves y nuevamente el viernes.
Horas después de que finalizaran las conversaciones, el comunicado del G-20 no mencionó los recortes o las cantidades, sino que se refirió a “medidas para garantizar la estabilidad del mercado energético”. No quedó claro cómo se podría finalizar el pacto OPEP+.
“Pedimos a todas las naciones que usen todos los medios a su disposición para ayudar a reducir el superávit”, había dicho el secretario de Energía de Estados Unidos, Dan Brouillette, en la cita del G-20.
Brouillette sostuvo que la producción estadounidense podría caer entre 2 y 3 millones de bpd para fines de 2020, aunque Rusia había afirmó previamente que un declive natural del bombeo no es lo mismo que una reducción formal.
Pero los intentos por cerrar el acuerdo se estaban viendo frenados por la negativa de México a rubricarlo por completo. No obstante, el presidente mexicano indicó que su homólogo estadounidense, Donald Trump, le dijo que podría implementar recortes en nombre de México.
Los principales mercados petroleros estuvieron cerrados el viernes, mientras los ministros de Energía del G-20 realizaron la videoconferencia, pero los precios no lograron ascender tras los recortes del jueves -los mayores de la historia-, ya que una rebaja del 15% en los suministros mundiales dejaría aún un exceso de oferta ahora que la demanda ha caído un 30%.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que es “inevitable” la participación de otros actores, aunque reconoció que la ley estadounidense prohíbe a los productores de ese país participar en un cartel de precios.
Trump y su par ruso, Vladimir Putin, conversaron el viernes sobre el mercado energético, entre otros asuntos.
López Obrador dijo que a México se le había pedido un recorte inicial de 400.000 bpd, o el 23% de su producción actual, y que luego fue reducido a 350.000 bpd.
El mandatario, quien ha hecho del aumento de la producción de petróleo una de sus prioridades, dijo que Trump ofreció ayudar antes de que México anunciara que reduciría la producción en 100.000 bpd.
Información de Reuters