Alemania y Francia, respondieron con contundencia a la petición británica de negociar los términos de desconexión de Londres de la Unión Europea y las condiciones de una nueva relación. Angela Merkel, descartó explícitamente esas negociaciones paralelas y el ministro de Exteriores francés, Jean- Marc Ayrault, se expresó en la misma dirección.
El Gobierno alemán endureció su actitud respecto a futuras negociaciones para la salida de Reino Unido de la UE. Para los alemanes antes de empezar a hablar de la futura relación UE-Reino Unido, será necesario cerrar el contrato de divorcio.
“Las negociaciones deben primero aclarar cómo vamos a deshacer nuestros vínculos actuales, y solo cuando esta cuestión haya sido aclarada podremos, espero que pronto, empezar a hablar de nuestra relación futura”, aseguró la canciller Angela Merkel en Berlín.
De esta manera Londres no podrá elegir lo que más le convenga del catálogo, como movilidad de bienes o capitales y desechar lo que considera más engorroso, libre movimiento de personas.
Por su parte, Francia ve en el Brexit una oportunidad para reforzar la integración europea de acuerdo con sus propios intereses. La salida de Reino Unido permite a los franceses, relegados en años recientes por la pujanza alemana, retomar un papel protagonista. Sin embargo, el país se encuentra inmerso en una campaña electoral y no puede dar nada por seguro. Resulta que la ultraderechista del Frente Nacional Marine Le Pen tiene una visión opuesta del Brexit. En su programa, figura un referéndum sobre la salida de Francia del club. La posibilidad del Frexit está en el centro de la campaña.
Con información de El País
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