Un mes después del sismo del 19 de septiembre la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y el gobierno de Puebla apenas terminaba el censo: son 28,371 las viviendas afectadas; de esas 5,744 están catalogadas como daño total. Una de cada cinco.
Sin embargo, nadie tiene información sobre el total de personas que resultaron afectadas y que ahora duermen en tiendas de campaña, en casas a medio derruir cubiertas con alguna lona, o en las viviendas provisionales que levantaron los ciudadanos.
Este domingo 22 de octubre varias cuadrillas de padres de familia y vecinos, transportaron mobiliario educativo que se logró rescatar para llevarlo al terreno en donde se levantaron las 16 aulas móviles que donó la UNICEF.
Uno de los que encabeza las cuadrillas es Tulio Gallardo, quien reprocha que la maquinaria para demoler la escuela, tardó mucho en llegar. “Acá no ha empezado la reconstrucción aún, llevamos un mes y apenas vinieron a demoler la escuela. Además del gobierno federal, el local y el estatal también han estado ausentes”, dice el padre de familia.
“Acá quién ha tendido la mano es gente de las comunidades y pueblos de Morelos, y diferentes asociaciones civiles nos han ayudado con tela, maquinaria incluso y las aulas que vienen que parte UNICEF”, señala.
“Las casas temporales que se ven ya en algunos lugares y las casas de campaña son donaciones que han hecho algunos particulares, son acciones civiles, el escombro fue sacado por voluntarios que llegaron hasta Alpanocan por sus propios medios. Hubo bastante respuesta de voluntarios que empezaron a llegar dos días después del sismo”, sostiene.
En la comunidad no se ve nadie con la apariencia de ser funcionario gubernamental.
Con información de Animal Político
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