En días pasados, el precandidato a la presidencia por Morena y el PES, Andrés Manuel López Obrador, llamó “pirrurris blancos” a José Antonio Meade Kuribreña y a Ricardo Anaya Cortés, precandidatos por el PRI-PVEM-PANAL y Frente Por México (PRD-PAN-MC) respectivamente.
En un spot donde aparece con un taco de barbacoa en la mano, López Obrador les criticó por su color de piel y por el hecho de que, a su juicio, ambos no conocen el país y se encuentran lejos de la realidad nacional. Ayer, en gira por Tlaxcala, López Obrador lo volvió a hacer: llamó “fresas de la mafia del poder” a sus contrincantes, argumentando que “no levantan en las encuestas” y que “nadie los conoce”. Los invitó a visitar los pueblos y a conocer a México. A unos días de dar a conocer parte del que sería su gabinete en caso de ganar la presidencia de la República, López Obrador adelantó que será en enero cuando dé a conocer a los encargados de Seguridad Pública y del Consejo Asesor, encargado de dar seguimiento y garantizar la paz en el país.
El precandidato también habló de religión y de la importancia que tendrá establecer un diálogo “ecuménico” con todas las iglesias presentes en México. Pidió respeto al PES, con quien MORENA firmó una alianza de cara a las elecciones de 2018. Defendió que ese instituto político no es “de ultraderecha” como lo ha querido calificar sus detractores y pidió respeto para las creencias de todos los mexicanos, en el marco de un Estado laico.
con información de El Universal
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