La contaminación en la mayoría de cuerpos de agua y cuencas hídricas de Jalisco ha provocado la muerte de personas, flora y fauna. El lago de Chapala, el más grande del país, recibe descargas del centro y occidente de la República por el río Lerma.
El lago tiene riberas en Jalisco y Michoacán, surte 60 por ciento del agua que se distribuye en Guadalajara y municipios conurbados, donde habitan cerca de 5 millones de personas.
Además de metales pesados y coliformes fecales, investigadores de la Universidad de Guadalajara y agrupaciones ambientalistas encontraron en Chapala, en los ríos Lerma y Santiago, así como en la laguna de Cajititlán, una excesiva concentración de compuestos tóxicos.
En el espumoso río Santiago, que nace en Chapala, se vierten aguas negras del sur de Guadalajara, del corredor industrial de El Salto, y de los municipios de Tlaquepaque, Tonalá y parte de Tlajomulco. Diversos estudios detectaron en ese cauce arsénico y otros elementos tóxicos.
También fue del conocimiento público el caso de Miguel Ángel López Rocha, de ocho años de edad, quien en febrero de 2008 estuvo en coma luego de caer accidentalmente al río Santiago, en El Salto, y falleció tras 19 días de agonía.
Horas antes del deceso, la Secretaría de Salud de Jalisco admitió que el menor presentaba en la sangre concentraciones de arsénico 400 por ciento más altas que el límite tolerable.
Con información de La Jornada
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