Hay personas que deciden escapar de su realidad por placer o salud mental con ejercicio, arte o viajes y otras que por el entorno en el que viven, crisis financieras o guerras deciden desconectarse de la sociedad con drogas, alcohol o alguna otra adicción destructiva, pero en África hay un grupo de hombres que crearon su propia realidad, una utopía llena de color, donde el estilo, la moda y la personalidad son parte del conjunto. Damas y caballeros con ustedes Les Sapeurs.
Estos excéntricos caballeros son miembros de el movimiento más longevo de moda que ha existido en el mundo: La Sape: Société des Ambianceurs et des Personnes Élégantes o lo que es lo mismo La Sociedad de Ambientadores y Personas Elegantes.
Éste selecto grupo de hombres, que basan su vida en “el buen vestir”, nació en los barrios más pobres de Brazzaville y Kinshasa, las capitales de la República del Congo y la República Democrática del Congo popular desde los años 20.
La Sape es una amalgama de historia, cultura e identidad que no se ha dado en ningún otro país pues remonta sus raíces a la época colonial africana donde, tras estar bajo el poder de Francia y Bélgica ,no era raro que los europeos quisieran diferenciar su forma de vestir por el de sus “subrodinados”, mientras que las clases altas francesas imponían el dandismo como máximo look elitista.
Los congoleños que servían a los europeos en ese entonces, por lo general eran vestidos de trajes y uniformes a la usanza del viejo continente donde, en lugar de crear una segregación, éstos personajes fungieron como aspiración para sus paisanos pues sus salarios eran mejores empezando a ser imitados en el vestir pero a su manera y en un principio de forma casi clandestina.
Pese a la independencia del Congo, crisis económicas, y guerras internas los Sapeurs han sabido sobrevivir, pero el costo de un look pulido es alto, pues ellos enfocan todas sus ganancias a la ropa, desde prendas de segunda mano, vintage o antigüedades hasta piezas de diseñador hechas a la medida. Muchas veces éste dinero no es 100% lícito, muchas otras sí pero dentro de el código de ética de los Sapes se sabe que éste estilo de vida tiende a estar fuera de todo acto de violencia.
Dentro del grupo con tal de apoyar su despliegue de estilo, se forman grupos donde se prestan prendas, como accesorios, lentes, pipas, bombines, pañuelos, pisacorbatas, monóculos etc. todo con tal de generar un look tan único que sea capaz de generar respeto y asombro.
Ya ataviados con sus elegantísimos looks, los miembros de la Sape, se juntan en el consejo para hablar de casi todos los temas, desde como ayudar a sus comunidades, ocio y política hasta por supuesto moda.
Luego los integrantes de la reunión pasan a una especie de pista de batalla donde, al ritmo de música tribal, despliegan una serie de pasos y movimientos que hacen que cada detalle de su look sea observado, quitándose los sacos y sacudiéndolos enfrente de su oponente a modo de capote alardeando el acabado del mismo, su tela caída y color.
Ser Sapeur implica ser respetado, los niños los imitan , los jóvenes los siguen, las mujeres quieres estar con ellos, han inspirado a fotógrafos, artistas y diseñadores; influido en la moda y tendencias y siguen y seguirán siendo un hervidero de creatividad moda y sastrería.
Los Sapeurs: un estilo, un mundo, una forma de pensar en donde la ropa da alegría en uno de los rincones más inhóspitosy pobres del mundo, la cual genera bienestar, alegría, pulcritud y distinción. Ellos son un buen recordatorio que en cuanto peor estén las cosas hay que vestirse mejor.
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Llevo el diseño en el subconsciente y la moda en el corazón y juntas hacen que la imagen sea justo eso, diseñar personas en base a sus sueños y esencia.
Actualmente soy profesor en IDIP dando clases en diplomados y cursos enfocados a imagen personal y fashion styling.
Soy un apasionado en la historia de la moda, pues esta siempre nos da bases sólidas de que las prendas no solo es tela, son años y años de experiencias y sucesos listos para renovarse y reivindicarse en el mundo con cada tendencia.
Sí, en moda, todo regresa pero nunca igual. Creo totalmente en que la imagen masculina puede regresar a sus años de gloria, donde el porte guiaba al estilo y el estilo a lo trascendente.