Un vació edificado de Allan Villavicencio toma en cuenta estas interrogantes para pensar en el cuadro como construcción de signos que delimitan un campo visual. En este campo es paradójico: muestra el tiempo que oculta y cualquier pregunta dirigida al interior del marco proyecta un eco hacia fuera. “La tensión está en los bordes”, repiten los ingenieros. Con tales ideas en mente, este proyecto desplaza la pregunta de dónde comienza y termina una pintura hacia una cuestión más amplia de producción del espacio que implica explorar cómo se delimitan ciertos espacios en la ciudad. En ese sentido, los cuadros de Villavicencio vuelven las estrategias de demarcación del espacio urbano.
Para efectos del proyecto, la ciudad es entendida como campo en pugna por el espacio. Las consecuencias “disputas que afectan a cada habitante de forma tan cotidiana que las marcas de apropiación se naturalizan y llegan a invisibilizarse una calma matemática, controlada, la arquitectura/distribuye, hunde allá, levanta aquí/en los ojos mismos, vacíos y fijos”, señala Patterson. La privatización del espacio y la visualidad guardan una estrecha relación en los apuntes de Henry Lefevbre donde la distribución de los espacios urbanos está dada por identificadores visuales: “Este espacio tiene varias propiedades bien definidas, especialmente la de ser el espacio de la propiedad [privada]. Estas propiedades (…) consisten en ser óptico y ser visual. No es un espacio sensorial que interesa al conjunto del cuerpo; es un ser óptico, que entraña problemas de signos, de imagines, que se dirigen únicamente a los ojos”. Al caminar la ciudad algunos de estos signos visuales de los que habla Lefevbre son recolectados como metáforas del proyecto, especialmente aquellos que producen un bloqueo visual. un llamado de atención de la mirada al tiempo que una cancelación del espacio que destacan. Entre ellos se encuentran los artefactos improvisados para apartar estacionamientos como elemento de la infraestructura informal y los dispositivos que delimitan los espacios en construcción. Esto escribe Roselin Rodríquez sobre la obra del artista Allan Villavicencio.
“El ignorante afirma; el sabio duda y reflexiona”. Aritóteles
Persona dedicada a las Relaciones Públicas desde aproximadamente 29 años, Editor de Sociales de varias publicaciones;, siempre presente en los pequeños y grandes momentos del acontecer social, político y cultural de México.