Son una de las bandas más representativas de la historia de la música, y de eso no queda duda. Su sonido, ha trascendido a través de los años, más allá del rock y del funk.
Y aunque su credibilidad nunca ha sido puesta en tela de juicio, muchos de sus más grandes críticos sí han cuestionado su vigencia y, sobre todo, su nivel actual de innovación. Se repiten a sí mismos, han recriminado.
Sin embargo, esta semana quise dedicarles mi texto con razón del par de pedazos de concierto que ofrecieron en el ‘Domo de Cobre’, de la CDMX. Mismos que, sin temor a equivocarme, han sido de lo mejor del año.
Sin hacer aspaviento, en la carrera de Los Peppers, la música ha sido siempre lo importante. Cuando uno piensa en uno de sus conciertos, sabe que irá a presenciar una ejecución musical en vivo, de primer nivel; para shows con producciones espectaculares hay otras bandas.
Ahí radica la sorpresa que nos llevamos al vivir el espectáculo de luces que acompañó su ya emblemática música.
¿Quién necesita show de luces en el escenario, cuando se puede hacer en toda la arena y sobre el público?
Así es, muchos hablaron del concierto de U2 y lo espectacular que fue, pues déjenme decirles que los RHCP fueron aún más innovadores y sorprendentes.
Gracias, Red Hot Chilli Peppers, por recordarnos su importancia -en caso de que a alguien la hubiera olvidado-, y sobre todo… por sorprendernos. Por dejar su show libre de spoilers para disfrutarlo “a la antigüita”, sin los vicios con los que el internet nos ha acostumbrado a vivir.
Ojalá que más bandas logren seguir su ejemplo y aprendan a ser herméticos en una era en la que parece que ya no hay secretos para nadie. Ojalá que más conciertos sean capaces de sorprendernos de esta forma.
Por lo pronto, ya debemos estar extrañando a Los Peppers -o arrepintiéndonos, en caso de que no haberlos vivido.
Foto de encabezado: @ToniFrancois