Comencemos por poner las cosas claras: ellas siempre la han tenido más difícil. Prácticamente en cualquier industria, pero, ¿te imaginas en el rock?
Una mujer tratando de incursionar en un mundo que era conocido por alcohol, sexo y drogas, resultaba casi herejía. Y, sin embargo, hubo quien se atrevió a sacudir estereotipos y encontró la mejor forma de luchar por sus derechos. Por igualdad de oportunidades (el rock incluido).
Esas mujeres fueron las musas que lograron romper el molde. No, no necesitas lucir como una princesa. No una tradicional, al menos. Puedes desgarrar tus ropas o, aún mejor, tu voz.
Posicionar un discurso a favor de los derechos de la mujer no fue tarea fácil, e incluso hoy, en la época de la inclusión sigue topándose con innumerables muros. Pero imaginemos si quiera lo que esto implicaba hace décadas.
En la época de Janis, quien se atrevió a salir del estereotipo de belleza, musical e incluso de dogma (no por nada la llamaban La Bruja Cósmica). Todo esto, en una época de Vietnam, en la que lo único que se esperaba de las mujeres era que mantuvieran en “orden” los hogares abandonados por esposos, hermanos e hijos disfrazados de soldados.
Su voz se alzó alto y fuerte (sobre todo fuerte), entre una industria que para ese entonces caía rendida ante los Beatles y su Penny Lane. Sin embargo, Joplin era distinta y sentaría precedente.
Después vendrían Suzi Quatro, Pati Smith, Chrissie Hynde y Joan Jett, por mencionar algunas. Sus figuras redefinirían lo que la palabra “rockstar” significaba, sacando el requisito masculino de la ecuasión.
Y qué decir de Heart, la primera gran banda de rock liderada por mujeres. Las hermanas Wilson cambiaron para siempre el sonido que era dominado por bandas como Led Zeppelin.
La lista podría tomarnos cientos de cuartillas, sin embargo, no hay mejor forma de recordarlas que honrando su legado. Las etiquetas que tiraron y las veces que enseñaron el dedo medio al sistema y a la industria.
Esa industria que hoy parece estar a años luz de distancia, dominada más que nunca por el sexismo y los estereotipos. Pero que representa un nuevo reto abierto a las nuevas generaciones de Joplins, Jetts y Smiths, que estén dispuestas a desafiarla.
Por ellas, que demostraron que a una mujer no hay nada que puedas prohibirle hacer. Harán lo que quieran hacer. Y lo harán mejor.