Esta semana, estimada persona que se gasta parte de su bien ganado dinerito en ir al cine, quiero darte la bienvenida al mundo de lo familiar. No del cine familiar, pues la película que toca reseñar está más bien enfocada a ese lucrativo mercado de los “adultos jóvenes” (quienes quiera que sean). Me refiero a “familiar” en el sentido de abordar fórmulas tristemente repetitivas, que se aplican reiteradamente en filmes de este género, con resultados predecibles.
La primer película de esta saga se llamó ‘Divergente’, y mostraba algo de promesa como una especie de ‘Juegos del Hambre’ para productoras de presupuesto limitado. La segunda parte se llamó ‘Insurgente’, pero los buenos augurios parecieron diluirse en una trama inconexa y en secuencias de acción que buscaban disfrazar la obvia falta de imaginación de los realizadores, quienes al menos culminaron esa entrega con una intrigante premisa. La tercera parte ya no rima, pero para recordarnos su origen ostenta el pretencioso título de ‘Divergente La Serie: Leal’ (‘Allegiant’, d. Robert Schwentke). Y de una vez les aviso que abandonen toda esperanza de redención para la saga: debieron llamarla ‘Incongruente’, evitarnos la anunciada cuarta película de la conclusión y dejarnos gastar nuestro dinero en ‘Kung Fu Panda 3’, o alguna otra cosa capaz de mantenernos entretenidos.
Esta tercera parte no comienza con mucho optimismo. Parafraseando a The Who, conocemos a la “nueva jefe” Evelyn (Naomi Watts) que es lo mismo que la difunta “vieja jefe” Janine (Kate Winslet) en una dividida y post-apocalíptica ciudad de Chicago. Las cosas se están poniendo tan tensas ante los habitantes sedientos de venganza y sangre que la parejita principal, formada por Tris (Shailene Woodley) y Cuatro (Theo James), decide escapar de los confines de la amurallada urbe, aferrándose a débiles esperanzas de que haya forma de hallar paz y armonía en un entorno menos hostil.
Pronto se ven acompañados por otros jóvenes aventureros que recuerdas de las películas previas: está Caleb (Ansel Elgort), hermano de Tris. También viene su amiga Christina (Zoe Kravitz) y el payasón de Peter (Miles Teller), quien de alguna forma sigue siendo parte del grupito pese a ser medio plomo. Logran escalar un muro que seguro inspiró los sueños presidenciales de Donald Trump y se topan con un imponente desierto de color rojizo que hace pensar que el mundo fue arrasado por una nube de chamoy tóxico. Repito, no hay buenas noticias a la vista.
¿O sí? El agreste entorno propicia un fortuito encuentro con un grupo de sobrevivientes fuertemente armados, que llevan a nuestros héroes a una idílica comunidad futurista erigida sobre las ruinas de lo que fue el aeropuerto O’Hare de Chicago. Este inmaculado espacio es presidido por David (Jeff Daniels), un individuo de traje y modales elegantes que comparte una incómoda revelación con Tris: Chicago y su peculiar sistema de “castas características” no son más que una especie de experimento social a lo bestia y que ha tomado más de 200 años de estudio. ¡Y nosotros quejándonos de los “estudiantes fósiles” en nuestras universidades públicas, caray!
Luego David se arranca con otros rollos sobre imperfecciones genéticas, mutaciones provocadas por la ciencia y qué sé yo cuántos otros funestos augurios, que culminan con la idea de que Tris es la única persona que puede solucionar la crisis que azota a la humanidad por razones cada vez más confusas. En serio, esta película parece haber escuchado todas las críticas respecto a la ausencia de una trama relevante en la entrega anterior y ahora quiere compensar con un guión que echa la casa por la ventana. Lo malo es que los excesos argumentales suelen provocar una narrativa caótica, y este caso no es la excepción.
El primer problema con ‘Leal’ es algo que ha aquejado a múltiples películas basadas en sagas literarias. Como el libro de donde se desprende es la conclusión de las historias, una vez más los estudios decidieron dividir dicho libro en dos partes. ‘Harry Potter’ lo hizo, entregándonos una primera parte donde se la pasaban caminando y escondiéndose, y otra más emocionante donde se moría todo el mundo. Los mencionados ‘Juegos del Hambre’ tuvieron un ‘Sinsajo, parte 1’ en el que no pasa nada memorable y un ‘Sinsajo, parte 2’ que fue ligeramente mejor. Ignoramos qué planes tengan los productores para la película final de la serie de ‘Divergente’ (título tentativo: ‘Ascendiente’), pero más les vale rescatar un poco de la buena voluntad que le teníamos a la franquicia, pues ‘Leal’ se siente vacía y mal planificada.
Las actuaciones no son el problema real. Woodley y James son convincentes y lucen bien a cuadro… pero carecen de cierto encanto como pareja a raíz de una débil estructura detrás de sus personajes. Elgort, Kravitz y Teller han brillado en otros filmes, pero aquí más bien parecen estar cumpliendo con un compromiso contractual, en lugar de buscar cautivar a la audiencia. El resto del reparto “adulto” se redondea con la presencia de la ganadora del Oscar Octavia Spencer (en el rol de Johanna), pero ninguno de ellos logra resaltar en una historia francamente aburrida.
¿Algo positivo? Hay un par de secuencias de acción medianamente entretenidas, pero nada que amerite el pago de las entradas a la sala. La franquicia en sí perdió todo el vigor que mostró al inicio, cuando parecía una contendiente seria dentro del género. Ahora se siente como un caballo de carreras que se ha tropezado con un par de obstáculos y tiene nulas posibilidades de triunfar o de terminar el recorrido decorosamente.
La época de estrenos ubicados entre la conclusión de la temporada de premios y los espectaculares estrenos veraniegos (que cada vez invaden más la primavera, de hecho) suele sorprendernos con una que otra joya infravalorada. ‘Divergente La Serie: Leal’ no es una de esas películas: es confusa, irrelevante y parece haberse hartado a sí misma en su afán por trascender. Y lo peor de todo: ni siquiera nos deja con la curiosidad de saber si la conclusión de la saga logrará reivindicarla. Si al menos se hubieran quedado con los títulos que rimaban, para divertirnos…
Síganme en TWITTER (@FinisimaPersona)
Y escúchenme en Junkie.mx/ff
He dirigido revistas como Men'™s Health, ESPN Deportes y SOBeFiT, pero mi pasión es ver, analizar, diseccionar, eviscerar y disfrutar películas, tanto en el podcast Finísimos Filmes como en diversas colaboraciones y columnas. Maté a un hombre en el ring. OK, quizá no, pero sería una gran historia'¦