On September the 11th, enemies of freedom committed an act of war against our country. (…) and night fell on a different world, a world where freedom itself is under attack.
El día no terminaba de comenzar cuando Guillermo Ochoa padre declaró el inicio de la Tercera Guerra Mundial. Yo venía en un bocho blanco a toda velocidad para asistir a una importante clase en el ITAM, de esas que no conviene faltar… todavía gritaba con su primer aliento Memo, cuando hallé dónde girar 180 hacia Chapultepec 18.
Llegué a encender televisiones y hacer llamadas como loco, no recibí todavía muchas respuestas, los conductores en todo el mundo seguían hablando de problemas en la torre de control cuando un estallido silenció todo: ya no había ninguna duda, el mundo conocido había desaparecido en un estruendo cósmico.
Sentí lo que Obi Wan cuando Alderaan y me senté a hacer más llamadas. In illo tempore, en la Internet apenas había una competencia entre las grandes cadenas para exhibir presencia y poder; la información fluía mucho más rápido por las agencias y, como seguirá siendo en estos casos por muchos años, por la televisión en vivo.
Igual me puse a buscar cosas viejas y nuevas: Bin Laden, Ben Ladin, Ossama… no había ni claridad en la forma de escribir el nombre de quien sería la cara del terror en adelante, pero había varios indicios para suponer que fuera él quien atentara nuevamente contra su viejo objetivo fallido, el imponente y simbólico World Trade Center.
Salió el Dr. Leopoldo Gómez de su oficina y puso a todos a chambear en la información que había que conseguir y las historias que habría que construir inmediatamente, yo tenía una tonelada de teorías que pasé a Francisco García y corrí a hacer llamadas a académicos que pudieran explicar el caso… Antes no había taaaantos expertos en seguridad y mucho menos en seguridad internacional.
Hablé con Athanasios Hristolas, admirado profesor del ITAM quien también aceptó apoyarme para buscar a los académicos y expertos más apropiados y capacitados para explicar lo que pasaba y lo que vendría.
No recuerdo cuánto tiempo pasé sin cerrar los ojos, desde ahí la noticia se vuelve una de varios impactos intermedios (empieza el bombardeo cuando todos estábamos en una oficina, disparan a Lalo Salazar con un Obús, entran las tropas con todo y cadenas a territorio enemigo) hasta que cayó la estatua de Saddam.
Nunca aprendí tanto en tan poco tiempo: del mundo, de mí, de la historia, de la humanidad, de censurar imágenes de guerra… Misma historia que hoy continúa con otros impactos intermedios (Charlie Hebdo, Boston, Francia II, Orlando, pruebas nucleares en North Korea) y hoy… hoy es 11 de septiembre y el que no tenga miedo, no sabe en qué mundo vive.
El ataque es contra la civilización, no es siquiera un choque entre ellas, como diría Samuel Huntington. Esta vieja guerra es la misma que los hoplitas luchaban contra los bárbaros, los Aztecas contra los chichimecas (en tanto la palabra en Náhuatl los denominaba bárbaros)… Quizá también es una guerra que hay que luchar contra quienes desde dentro buscan destruir nuestro sistema y forma de vivir y decidir… la breve, corta, estrecha pero valiosísima libertad.