Ganó el discurso de odio. Un escenario temido y por eso poco previsto: Donald Trump, será presidente de Estados Unidos a partir del próximo 20 de enero de 2017, y con ello, la incertidumbre, ¿cuáles fueron los factores que favorecieron al multimillonario?
El mundo está en shock, estamos asombrados al ver que la primer potencia mundial, Estados Unidos de América, también se la creyó y acaba de caer en los brazos del populismo. Sin experiencia política, señalado como violento, misógino y racista, acusado de evasión de impuestos y con la amenaza de construir un muro en su frontera comercial más importante, así conquistó Donald Trump la Casa Blanca.
Sin disfraces, con una perorata directa aunque retrógrada, el multimillonario dio voz a un sentimiento de odio oculto en Estados Unidos; una propuesta que conectó en las ideas y antivalores más profundos de la sociedad norteamericana: la aprobación de un entendimiento pobre y nacionalista de la economía y el rechazo a quienes buscan, provenientes de otras naciones, mayores oportunidades.
Ahora mismo el temor y preocupación invade a quienes atacó con sus promesas de campaña. México está en alerta y a punto de sumergirse en una crisis económica profunda que no necesitó que se oficializara la derrota de Hillary Clinton para iniciar con la mayor caída del peso frente al dólar que en unas horas pasó de $18.32 a $20.74.
Es momento de contener la crisis. Desde muy temprano y previo a la apertura de las diferentes bolsas de valores, el gobierno de nuestro país, a través del Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, llamó a mantener la calma, asegurando que hay fortaleza ante la volatilidad del entorno. Los titulares de ambas instituciones, José Antonio Meade y Agustín Carstens, respectivamente, aseguraron que se tomarán las medidas necesarias para preservar el valor del peso y garantizar la estabilidad financiera del país.
¿Qué pasó?
Grandes sectores le fallaron a Hillary Clinton; mujeres, latinos y millenials, no acudieron a las urnas y otros más declinaron por Trump. Y es que, pese a las amenazas, tan sólo 65 por ciento de los latinos la respaldaron, mientras que 27 por ciento apoyó al empresario.
Lo mismo sucedió con el electorado femenino, 54% por ciento se decantó por Clinton y 42% por ciento lo hizo por Trump con todo y su comportamiento misógino. La población joven hizo su parte, pues únicamente 55 por ciento de los votantes de entre 18 y 29 años sufragaron por la ex primera dama.
Muchos factores jugaron en contra de quien resultaba ser la candidata idónea: la investigación del FBI y las acusaciones de corrupción en su contra; los puntos que ganó Donald Trump con su visita triunfante a México y los muchos que simplemente hubieran preferido a Bernie Sanders como candidato.
Tras la sacudida, la principal lección para todo el mundo habla de un comportamiento social que se modifica gracias a la incertidumbre, que la gente ya no está votando por propuestas de gobierno, por visiones de cambio sino por personajes, por simpatía y por hartazgo, no por verdadera convicción.
Los mexicanos fuimos blanco de señalamientos producto de los prejuicios. Nada nuevo puede esperarse durante la administración de Trump para millones de connacionales que viven en el país del norte. Ahora le toca al gobierno mexicano hacer labores diplomáticas para contener las acciones del nuevo líder mundial; cuidar el ingreso, cuidar el trabajo, promover la marca México y fomentar el consumo nacional; debemos mantener la serenidad nacional sobre todas las cosas. Ojalá la narrativa del candidato Trump sea diferente al ejercicio en el poder del presidente Trump. Es mi opinión…
Licenciada en Economía por la UMSNH.
Consejera Nacional y Estatal del PAN.
Ex funcionaria pública. Orgullosa madre de familia.