A continuación les dejo una reflexión de la psicoanalista Elsa Miriam Ortiz Funes (miriam_si76@hotmail.com) acerca de los tan temidos domingos. Leamos:
La depresión como trastorno de la afectividad es una forma de expresar el dolor y las causas pueden ser diversas. Sus manifestaciones pueden variar según cada persona: esta puede presentarse como problemas somáticos, falta de sueño, tristeza constante, etc.
La ansiedad es un problema en el cual una persona a menudo está preocupada o deseosa respecto a muchas cosas y le parece difícil controlarse, sus causas pueden ser diversas.
El estrés, es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso. El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios, el estrés puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar su salud.
Podríamos decir que el domingo es solo un día más de la semana, pero para muchos es un día sumamente terrible; podría implicar un síndrome, como conjunto de síntomas que poseen cierta identidad, aunque no se conozca una causa única y cierta. En el caso del síndrome del domingo es un malestar “inexplicable” en el que puede haber ansiedad, depresión, inestabilidad emocional y melancolía.
Uno de los elementos más frecuentemente identificado con el síndrome de domingo es la duda de lo que sucederá, es decir: ¿Mañana que sucederá? ¿Cómo lo resolveré? ¿Podré hacerlo? ¿La solución será a mi favor? Todo esto hace que el estrés, la ansiedad y la depresión se presenten, que se piense en todo y en nada, por lo que afecta también a nivel corporal.
Al término de la semana se espera que llegue el sábado y domingo para poder olvidar el estrés, disfrutar de la vida. Sin embargo en varias ocasiones las expectativas que tenemos para el fin de semana no se cumplen y cuando llega la tarde del domingo tenemos una sensación de vacío, de no haber aprovechado nuestro tiempo libre.
La actividad delirante de la semana evita que tengamos tiempo para profundizar sobre lo que pasa con nosotros mismos; duelos, ansiedad, estrés, etc. El domingo permite que las personas se enfrenten a sí mismas. Todos los temores y cuestionamientos que han estado solapados durante la semana por otras cuestiones, reaparecen en este momento.
Esto ocurre muy especialmente con las personas que están solas, a las cuales se les acrecienta en este día el sentimiento de soledad.
Pero esto no solo lo pasan las personas adultas, sino que también le ocurre a niños y adolescentes, pues se presenta ansiedad y con ella problemas somáticos como gastritis, colitis y migrañas.
La angustia se acompaña de excesiva irritabilidad. Diferentes expertos lo llaman fobia escolar, y la padecen muy especialmente aquellos niños que sufren acoso escolar. Estos síntomas que se producen durante el domingo pueden ser un aviso para destapar estos casos de acoso.
Pero esta fobia escolar también la padecen niños que no tienen ninguna razón aparente para desarrollarla y están más relacionados con el rechazo a la idea de dejar el hogar y separarse de la familia que con problemas específicos en la escuela.
Es importante darnos cuenta de estos síntomas y pedir apoyo, darse la oportunidad de ver que no están solos y que sus hijos necesitan ayuda con el fin de alcanzar un bienestar emocional.
La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.
Friedrich Nietzsche