¿Cómo saber si estás en una relación de maltrato con tu pareja?

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Historias del Diván

Dra. Alexis Schreck

El maltrato en las relaciones de pareja está a la orden del día, inclusive comenzamos a ver a muchas adolescentes quienes están siendo maltratadas por sus novios, por ejemplo, se enojan con ellas y las dejan abandonadas en los antros, les dicen groserías, les gritan, las critican, etc. Pero el maltrato pasa en todas las edades, en todas las situaciones socio económicas y culturales. Los hombres también sufren de maltrato por parte de sus parejas, claro está y, aunque en esta ocasión hablaremos del maltrato a la mujer, mucho de lo que escribo aquí corresponde a ambos sexos.

RECUERDEN, el maltrato puede ser:

Verbal: Criticas (a ti misma o a las personas que te rodean), “observaciones” y “correcciones” a tu conducta o forma de hablar, burlas, “bromas”, sarcasmo, ironía, groserías, gritos… En todo caso, no es lo duro sino lo tupido, pues si se presentan estas conductas cotidianamente, terminan quebrantando el concepto que tienes de ti misma, aunque te pienses “invencible”.

Psicológica: hacerte sentir que tú estás mal, que tú tienes la culpa (la famosa “volteada de tortilla”), que nada de lo que haces o dices está bien, que lo necesitas, que los demás se aprovechan de ti y por ello es mejor que te quedes sola con tu pareja, hacerte creer que nadie más te podría querer, que tú no puedes sola, que estás loca, amargada, que de todo haces un problemón, etc.

Emocional: Alejamiento afectivo o físico (sexual). Está implícito el: “si no haces lo que yo quiero te dejo de querer.” Tienden a generarte inseguridad, miedo, celos, tristeza, dolor…

Física: agarrarte fuerte de las muñecas o del brazo, sacudirte, empujarte, pegarle a la pared o a la mesa para amedrentarte, pegarte a ti o jalarte el pelo. Todo lo que infrinja los límites de tu cuerpo en forma agresiva.

Sexual: coaccionarte que hagas cualquier cosa con la que no te sientas cómoda, sea lo que sea, o burlarse de tus fantasías, peticiones o deseos: “no va a ser cuando tú quieras,” “estoy cansado”, “la verdad es que desde que tuviste a nuestro bebé ya no se me antoja”, etc.

El maltrato no aparece al inicio de la relación, cuando todo es conquista, miel y azúcar, sino que se va gestando poco a poco en formas muy sutiles, cuando la mujer ya está enamorada y “metida” en la relación.

Los signos comienzan a aparecer pero las mujeres tendemos a dejarlos pasar por diversos motivos:

    1. El maltrato comienza siendo muy sutil: una broma, una burla, una crítica. Como dice mi amiga Fernanda de la Torre, entre burlas y bromas aparece el desdén. Si no genera risa en ambos, no es chistoso. Sin embargo solemos pasarlo como algo “no tan importante” y no queremos ser difíciles y amargadas.
    2. El maltrato es más claro, mediante críticas más contundentes, incluso alguna palabra altisonante o gritos, pero lo dejamos pasar porque “queremos tener una pareja” y pues “hay que ser tolerantes, mediar…”
    3. Hay una petición clara que coarta la libertad de la mujer: no quiero que salgas con fulana porque es medio golfa, me choca que vayas con tus amigas a cenar, tu jefe es un patán y deberías de evitarlo, no te pongas esa ropa, adelgaza un par de kilos, etc. La justificación interna de la mujer es “si eso lo tiene contento y mejora la relación, pues vale la pena. Total es algo muy tonto y a mí no me cuesta nada hacerlo por él y darle gusto.” Ahí se empieza; nada le va a dar gusto, son sólo medidas de control.
    4. Otra justificación muy clara es: “en todo lo demás es un amor, me trata divinamente, es super lindo y generoso, me divierto mucho con él, además me ama, muere por mí, bla, bla, bla.” Aquí es claro el revestimiento de “brillosidad”. La pregunta a hacerse es ¿de verdad es tan valioso? ¿de verdad merece ser querido después de que me gritó, se emborrachó, me celó, me empujó, me dejó plantada, me critico, o lo que sea? Tendemos a proyectarles mil atributos que tienen más que ver con nosotras y nuestras fantasías que con lo que verdaderamente está ahí, delante de nosotras. Quizás sería prudente preguntarles a nuestros amigos y familiares si lo que vemos en nuestra pareja no es un espejismo de nuestra imaginación.
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Señales que estás en una situación de maltrato

Si alguno de los siguientes puntos describe tu situación pon atención, son focos rojos.

  • Usas medicinas que no usabas pero que te ayudan a estar más tranquila: antidepresivos, tranquilizantes, pastillas para dormir. O bebes más alcohol de lo que solías beber normalmente.
  • Has dejado de hacer cosas que antes hacías para “no tener problemas”, como salir con amigos, viajar, estudiar, trabajar, buscar promociones o mejores puestos laborales, etc.
  • Estás MUY CONFUNDIDA y no sabes qué hacer. No sabes si tú eres la responsable/culpable de los problemas de la pareja, o si no deberías tolerar el mal trato porque “casi todo el tiempo estamos muy bien y estoy muy contenta”.
  • Estás triste, nerviosa, con el ánimo bajo, has engordado o enflacado, presentas cambios en tus hábitos de dormir (duermes más o tienes insomnio, te despiertas a la mitad de la noche, etc.), eres menos activa y productiva, no te puedes concentrar, has perdido tus “ganas” y tu creatividad, etc.
  • No le dices la verdad de tu relación a tus amistades y familiares, sino que “embelleces” todo. Lo “tapas” porque a ti te da vergüenza. Además, si le cuentas a alguien que te quiere te va a decir que termines la relación y tú no quieres, “no estás preparada”.
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Hay muchos cuestionamientos que nos deberíamos de hacer en estos casos. Yo me pregunto:

¿Por qué le damos tanto poder a alguien más sobre nosotras mismas?

¿Nos sometemos a ellos o a nosotras mismas? (nuestros miedos e inseguridades y el temor a “no ser queridas”, a no tener pareja).

Muchas veces, pero muchas, estas situaciones les suceden a mujeres independientes económicamente, autosuficientes, muy rodeadas de gente que las quiere, inteligentes, alegres… Los expertos dicen que los maltratadores son predadores de este tipo de mujeres, pues las mujeres sumisas o masoquistas no les representan ningún reto. El maltratador es un “vampiro” de la alegría de su pareja, y es este atributo el que buscará destruir. ¿Será que las mujeres seguras de sí mismas se sienten culpables de tener tanto y por eso se someten en otras áreas al hombre, como para no “hacerlo sentir menos”? es muy normal que una mujer en esa situación deje de darse cuenta de todo lo que ella misma se ha construido como vida y le atribuya lo bueno a su pareja (“él me lo da todo”), cuando es ella quien se lo ha ganado. Trampas de la mente.

Dos consejos:

Cuando conocemos a alguien por primera vez vemos los focos rojos y los barremos bajo el tapete. ¡Hay que hacer más caso de nuestra INTUICIÓN!

¡PEDIR AYUDA! No saben cuánto enfatizo esto, pidan ayuda a alguien que pueda darles prueba de realidad, que las sacuda y que les ayude a ver con claridad. Verbalizarlo, ponerlo en palabras es un primer paso y uno muy importante, pues ya no podemos seguir negando lo que nos está sucediendo. Uno debe de saber vencerse, como ante las adicciones.

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