En este mes de noviembre llega a mis manos un documento versión de trabajo ¡qué me eriza la piel! Inicio la lectura y encuentro palabras cómo: se propone, modificaremos, fortalecer, coordinación, ajustaremos, implementaremos y así sucesivamente en 25 páginas, se redacta un diseño y evaluación en materia de Seguridad en México, como una de las 5 metas nacionales que regirán la administración Pública Federal en el periodo 2013-2018. Esta meta por cumplir se llama, Un México en paz.
¡Válgame! ¿Qué porque se me eriza la piel? Porque los seis objetivos detallados serán implementados, si bien nos va y acaban el documento el año entrante, ¡en un año más! es decir, por ahí del 2015, ¿cómo?, ¿qué significa esto?, ¿un análisis de lo analizado, un documento para justificar lo que están haciendo mal? ¿quieren quitar legitimidad a lo que se hizo al precio que sea inclusive a costa de lo que está pasando en el país?
Lo de Michoacán es impensable, en el pasado cuando eso se observaba en Centroamérica en Nicaragua, en El Salvador en la época de las Guerrillas ¡era un escándalo mundial! (en el que inclusive llegó a participar la comunidad internacional para su resolución), y ¿ahora parece cómo un hecho aislado de orden delictivo menor? Mentira, el hecho es impensable; que se quiera tapar el sol con un dedo, es otro asunto.
La estrategia del gobierno actual, ha querido minimizar el fenómeno, cuyos componentes son la incapacidad de la autoridad para hacer valer el Estado de Derecho (aún con las Fuerzas Armadas en la calle) y la consecuencia: el deterioro de la sociedad por la confusa definición y postura del Gobierno frente a las organizaciones delictivas, genera que parte de la sociedad acabe aliándose con alguna fracción de los delincuentes para protegerse y encontrar viabilidad en sus negocios ¡porque el Gobierno no los resuelve! Y finalmente, se empieza a construir un Estado fallido donde quien conduce a la sociedad y la representa, no es la autoridad, ni la clase política ¡Son los delincuentes armados!.
Hechos acreditados en las redes sociales de este fenómeno en Michoacán son cuando las Fuerzas Armadas y los policías, están acompañando a organizaciones armadas para que maten o se maten entre ellas y además sigan estos grupos criminales manteniendo el control de la sociedad ¡frente a la misma autoridad! ¿En qué país distinto vivo que cómo ciudadana veo esto, mientras la prioridad mediática y política es Justin Bieber?
¿No se dan cuenta? No hay una explicación pública de lo que está pasando en México: la perspectiva es el debilitamiento de las instituciones, la evolución criminal, el surgimiento y desarrollo de las autodefensas, mismas que este Gobierno en un principio las reconoció y ahora ya se les fue de control y esos sí son un núcleo de formación de movimientos radicales, ¡de Guerrilla! Han dejado de combatir el delito, no hay quién defienda a la sociedad del embate criminal, de los secuestros Todo consecuencia de la misma descomposición de la autoridad. ¿Quién nos explica qué es lo que realmente pasa para empezar a resolver el problema? ¡Nadie!
Imaginemos este comparativo de la inseguridad en México con qué todos vamos en un avión que está a punto de estrellarse y, el piloto y sus operadores, están evaluando y analizando las formas de despegue o cómo cambiar los manuales de vuelo ¡para no usar los que permitieron que el avión despegara! Y no se dan cuenta que van en vuelo, no en tierra.
México vive momentos críticos y amenazantes, mientras que en versión de trabajo del documento de 25 páginas, se empieza a definir el proyecto que han llamado Un México en paz para ver si con el nombre, los delincuentes dejan de extorsionar, secuestrar y matar a la sociedad. Pregunto una vez más ¿no creen que van mal? La situación se está cada día desbordando más
Hay niños sin escuela, jóvenes en la calle que matan por mil pesos, empresarios que piden audiencia con el crimen organizado para que los cuiden y les permitan trabajar a cambio de lo solicitado, mujeres de Tierra Caliente que me han dicho, personalmente: ya no tenemos nada que perder; ya nos violaron a nuestras hijas, ya mataron a nuestros hijos. Y efectivamente, ya no tienen nada que perder ¡porque lo han perdido todo! Y el enojo, resentimiento y frustración, se percibe en sus miradas, contra quien seaTodos revueltos, en un frente obligado a cuidarse de la mayoría, morir aunque sea por dignificar la memoria de los suyos y que, sin miramientos, pone a profunda distancia un Gobierno con su plan de paz, bastante caduco, para el tiempo de vuelo llevado hasta hoy.
Estamos en vuelo señor Presidente y esto ya se está convirtiendo en una emergencia nacional, hay millones de mexicanos afectados la situación es grave, es real y no es ciencia ficción. Son tiempos de decisión, no permita que nos estrellemos.
No hay lugar para jugar con la seguridad de los mexicanos por cálculos políticos o indiferencias de la autoridad.
Atienda el vuelo, señor, o pagaremos muy cara su indecisión.
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