¿Cuántos hemos experimentado lo que es una entrevista de trabajo?…
Creo que muchos. Y los que aún son estudiantes, lo harán en algún momento de su vida.
Pero, ¿en qué consiste una entrevista de trabajo?
Eso que casi todos hemos hecho y que, como muchas otras experiencias en la vida, es distinta para cada persona.
En este periodismo de vida te voy a contar una de las tantas historias de alguien que, como tú y yo, un día se enfrentó a ese momento donde parece que el tiempo es eterno y donde pones toda tu voluntad para conseguir el empleo que tanto deseas…
Martín, un joven entusiasta, recién graduado de la carrera de mercadotecnia, termina de arreglarse.
En el reflejo, Martín ve la imagen de un licenciado con anteojos de pasta y un peinado extremadamente cuidado, donde ni un solo cabello está fuera de su lugar. Viste aquel saco que compró el fin de semana, justo para esta ocasión; su camisa de la suerte con la que ganó el concurso de emprendedores universitarios; un pantalón recién lavado y planchado; y los zapatos de gamuza que le regaló su mamá el mes pasado, cuando cumplió 24 años.
Al llegar al edificio inteligente, ubicado en una de las avenidas más importantes de la ciudad, revisa que su corbata esté alineada y toma el ascensor, después de registrarse con el pase electrónico que le enviaron a su teléfono celular.
Martín baja en el piso 54, junto con tres aspirantes más, que mira de reojo. Martín sonríe al comprobar que ninguno es tan cuidadoso en su aspecto personal como él y se siente más seguro de obtener el empleo.
Sentado en la elegante sala, Martín espera que lo llamen, como le indicó la recepcionista.
Treinta minutos después, una de las puertas se abre y una imponente mujer de 1.80 de estatura y cabello rubio menciona su nombre. Cuando Martín se levanta, ella le indica que pase a la oficina.
Durante la entrevista, Martín responde todas las preguntas sin pensar la respuesta por más de un par de segundos y con una gran seguridad en sus capacidades. Así decían los libros que leyó para enfrentarse a su primera entrevista de trabajo.
Sin perder la sonrisa, Martín empieza a sudar cuando las últimas preguntas no resultan nada sencillas, pero él se mantiene firme en la silla y aparenta que todo está bajo control.
En un momento, la rubia de 1.80 deja de mirar a Martín y el resto de la entrevista se vuelve mecánica. Martín observa que su entrevistadora ya no hace anotaciones y únicamente cumple con realizar las últimas preguntas.
Al finalizar, Martín sale de aquella oficina con menos entusiasmo, pero aún con la esperanza de ser el mejor candidato.
Pasan los días y Martín aún espera una llamada, un correo electrónico, algo… La confirmación de que el empleo es suyo. Pero pasan los días y por fin acepta que, pese a todos los libros que leyó y a esa actitud de seguridad que nunca perdió durante la entrevista, el puesto no fue para él.
¿Qué pasó en el caso de Martín? ¿Por qué no lo eligieron para esa vacante?
Por muchos factores que a veces no consideramos y que varios expertos nos dicen que tenemos que cuidar…
Jonathan Alpert, psicoterapeuta y entrenador ejecutivo en Manhattan, dice que los aspirantes suelen confiar demasiado en artículos y libros que aseguran cómo enfrentarse a una entrevista de trabajo.
Según Jonathan Alpert, los gerentes de Recursos Humanos conocen perfectamente estas guías y detectan inmediatamente cuando las respuestas son prefabricadas. Lo que necesitan es saber qué hace al candidato distinto a los demás, y no escuchar lo mismo una y otra vez.
Alpert aconseja practicar lo que quieres decir en la entrevista para estar cómodo y ser flexible, pero no tanto que al final termines sonando artificial y poco natural. Los aspirantes, por lo general, ven la entrevista como un monstruo y se sienten nerviosos, en lugar de verla como simplemente una conversación.
Dan Cable, profesor de Comportamiento Organizacional en la London Business School, recomienda propiciar la confianza del entrevistador revelando vulnerabilidad cuando las cosas no vayan bien, porque al final somos humanos y no máquinas perfectas.
Dan Cable también dice que es importante compartir valores y pasiones similares con la empresa en la que deseamos trabajar. Por lo que sería ideal contactar con personas que trabajen en ella e intercambiar puntos de vista.
John Malloy, presidente de la firma de reclutamiento Sanford Rose Asociados, en Santee, Carolina del Sur, dijo que los candidatos deben ser capaces de responder rápido y con precisión preguntas sobre sus logros. Pero, curiosamente, el año pasado una encuesta patrocinada por LinkedIn a más de 11 mil trabajadores en 19 países reveló que sólo 35 por ciento de los aspirantes se sintieron confiados al hablar de sus logros.
Algunas empresas realizan entrevistas en línea, por Skype, por ejemplo. Y los aspirantes deben prepararse como si se tratara de una entrevista en persona. No descuidar la vestimenta porque pensemos que no nos van a ver del todo.
Las dudas sobre los días de vacaciones, prestaciones y beneficios no son convenientes en un inicio.
Mostrarnos respetuosos en todo momento, aún cuando como en el caso de la rubia de 1.80 de Martín parece indicar que no eres el adecuado para ese puesto, puede significar que tal vez nos postulen en la misma empresa para otra vacante si nuestra actitud es agradable.
Y por último, ¿qué debemos evitar?
Nate Regier, entrenador ejecutivo y director general de Next Element, señala que decir que no tenemos debilidades arruina nuestras oportunidades de llegar a la siguiente ronda en el proceso de contratación.
Lois Barth, entrenadora de negocios y trayectoria, dice que no usemos palabras como “quizá” o “posiblemente”, porque sólo nos muestra inseguros frente a los entrevistadores.
Como verán, son varios factores los que nos pueden ayudar o perjudicar en las entrevistas de trabajo. Lo importante siempre será saber que no es el fin del mundo si no conseguimos ese empleo, pero también llegar con la confianza de que podemos lograrlo, sin exagerar como Martín.
¿Alguien se sintió identificado con estos consejos? ¿Alguien pasó por algo parecido a lo que le ocurrió a Martín?
Hola, soy Fernanda Familiar, Fer para ti.
Esta es tu casa digital, donde para mí es un placer recibirte para informarte de contenidos actuales, noticias y muchas historias, mismas por las que me llaman: la ’periodista de vida’.
Te comparto que junto con mi equipo de trabajo, haremos nuestro mejor esfuerzo para que tengas una experiencia memorable en esta navegación digital. Este espacio para mí representa un compromiso y una responsabilidad porque eres mi invitada o invitado de lujo.
Mi día a día es una locura: voy del programa de radio en Grupo Imagen, a encontrarme con miles de personas en una conferencia, grabo los Fernanda Talks Home, atiendo mi casa y a mis hijos; de ahí a dar una plática para una empresa, entrevistar a alguien, escribir un poco para editar otro libro... Alguna vez me dijo Héctor Bonilla que yo me había tragado una turbina, y ¡sí! Vivo intensamente feliz a este ritmo, desde hace más de 30 años y, lo mejor, es que todavía tengo mucho que aprender, mucho por hacer, decir y compartir contigo.
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