¿Recuerdas los momentos más complicados que ha experimentado nuestro país en materia política?
Esta semana explotó un tema del que ya había hecho mención en este programa y que parecía que ningún otro medio tomaba en cuenta, el de los campos de concentración en Estados Unidos.
Lo que en un momento calificaron como una exageración en redes sociales, hoy es noticia de primera plana en todo el mundo. Estoy hablando de los niños que fueron separados de sus padres por ser inmigrantes ilegales en Estados Unidos y que hoy están encerrados en jaulas como las que se usaron para los talibanes en la bahía de Guantánamo.
Una vez que la opinión pública estuvo al tanto de semejante atrocidad, el gobierno mexicano reprobó las medidas de la política migratoria de Donald Trump, a lo que éste contestó que Estados Unidos “no será un campo de inmigrantes” ni “un complejo para mantener refugiados”.
La líder demócrata en la Cámara Baja de Estados Unidos -Nancy Pelosy- visitó uno de estos centros donde están los inmigrantes en jaulas y exigió que se frene la política de “cero tolerancia”. También las ex primeras damas Laura Bush y Hillary Clinton condenaron estos hechos como “una crisis moral y humanitaria”.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos -Zeid Ra’ad Al Hussein- dijo que es esto es un “abuso de menores permitido por el gobierno estadounidense. Lo que en conjunto representa una de las crisis más importantes que enfrenta México contra Estados Unidos.
Pero esto no es algo nuevo, pese a que los desencuentros entre los presidentes Enrique Peña Nieto y Donald Trump sí son los más polémicos en la historia de las relaciones exteriores entre ambos países.
Posiblemente, la primera crisis de México en materia de política exterior ocurrió tras la guerra que libró contra Estados Unidos entre 1846 y 1847, en donde la nación vecina se quedó con parte de nuestro territorio y se trazaron los límites fronterizos actuales.
El siguiente episodio que podemos clasificar como crisis ocurre en 1938 con la nacionalización de la industria petrolera mexicana. Esto en medio de una crisis económica y la disputa entre los trabajadores mexicanos y las empresas petroleras estadounidenses y británicas que operaban en el país.
La decisión del presidente Lázaro Cárdenas no fue una medida aislada. Ocurre en el marco de un proceso de expropiaciones que a lo largo de su mandato origina la redistribución de unas 2.5 millones de hectáreas de tierra que pertenecían a estadounidenses.
Frente a estos acontecimientos, el presidente Franklin Delano Roosevelt decide no invadir nuestro país, pero desarrolla un boicot informal en contra de la importación de petróleo de México, además de iniciar una campaña para disuadir a sus ciudadanos que deseaban venir como turistas.
La tercera crisis ocurre durante el gobierno del presidente Nixon, que en un intento de combatir el narcotráfico en la frontera con México, lanza la Operación Intercepción, en la que casi paraliza por completo el tráfico de vehículos en la zona fronteriza.
Sin previo aviso y amparados en que México no hacía nada para detener la droga que ingresaba a Estados Unidos, los agentes aduanales estadounidenses comenzaron a inspeccionar cada uno de los vehículos que intentaban entrar a su país. Lo cual duró tres semanas hasta que ambas naciones lograron un acuerdo de cooperación.
La cuarta crisis sucede en marzo de 1985, cuando las autoridades mexicanas hayan enterrado en un rancho de Michoacán el cadáver del agente especial de la DEA -Enrique Camarena- que estaba asignado al consulado de Guadalajara. El cuerpo presentaba signos de tortura, al parecer a manos de los narcotraficantes en venganza por la destrucción de una plantación de marihuana.
Las autoridades mexicanas no mostraron la debida diligencia durante la investigación del caso e incluso intentaron engañar al gobierno estadounidense anunciando que habían encontrado a los culpables, lo cual resultó ser falso.
Como respuesta a esto, el Servicio de Aduanas de Estados Unidos cerró 9 puntos de tránsito desde México y comenzó a inspeccionar cada vehículo, lo que generó quejas y pérdidas económicas que molestaron al gobierno de México. Un escándalo que llegó hasta la Casa Blanca.
La quinta crisis ocurre durante el mandato del presidente Vicente Fox, que tenía el objetivo de lograr que Washington aprobara una reforma migratoria en favor de los millones de mexicanos en Estados Unidos. Las relaciones entre ambos países tuvieron un buen comienzo en aquel sexenio, pero ocurrió el atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001.
En este caso, el gobierno de Bush y el de Reino Unido buscaron que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una resolución para autorizar el uso de la fuerza en caso de que Saddam Hussein no permitiera las inspecciones de funcionarios de la ONU para verificar que Irak no disponía de armas de destrucción masiva.
Recordemos que en aquel momento México era miembro no permanente de este Consejo de Seguridad. Estados Unidos confiaba en el apoyo de nuestro país, pero Vicente Fox se alineó con Francia y Alemania, que rechazaron el uso de la fuerza militar en Irak. Las diferencias entre Vicente Fox y George W. Bush originaron que las relaciones entre México y Estados Unidos se enfriaran.
Y en sexto lugar está la crisis de Wikileaks en 2011, cuando miles de comunicaciones internas de los diplomáticos estadounidenses causaron la salida del embajador Carlos Pascual de México. Entre los documentos difundidos había algunos en los que Carlos Pascual transmitía a Washington su desconfianza sobre las capacidades de las autoridades mexicanas para luchar eficazmente contra el narcotráfico.
Una de las frases que más molestó al entonces presidente Felipe Calderón fue donde lo describe como “abrumado e inseguro acerca de qué ruta seguir para aterrizar sus proyectos políticos”. Estados Unidos salió en defensa de su embajador, pero a mediados de marzo de 2011 Carlos Pascual renunció para no agravar la relación bilateral.
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El recuento que te presento en este periodismo de vida sólo es una muestra de las veces en que México y Estados Unidos han tenido una crisis en su política exterior. Y viene muy al caso ahora que estamos enfrentándonos al tema de los inmigrantes y los campos de concentración.
¿Será que a partir del aparente cambio de decisión de Trump para no separar a las familias de ilegales en su territorio, esto genere mejores condiciones para los mexicanos que están allá? ¿Estamos frente a un nuevo dictador en potencia como Adolfo Hitler?
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