Desde hace 40 años la familia de doña Cata tiene una tradición que pase lo que pase debe cumplirse. Hijos, nueras, yernos y nietos acuden sin falta la noche del 24 de diciembre a cenar con ella en aquella casa que vio nacer a todos sus hijos.
Doña Cata enviudó hace un par de años, pero ni su edad ni la tristeza lograron acabar con esa vitalidad que siempre la ha caracterizado. Por eso, la costumbre de levantarse muy temprano a cocinar el pavo relleno sigue intacta.
A sus 70 años, esa mujer menudita, de cabello encanecido y con las huellas del tiempo en el rostro, sigue preparando con mucho cariño la cena para los más de 30 miembros de las 3 generaciones que forman su familia.
La gran mayoría de sus hijos le insiste para que rente o venda esa casa y se vaya a vivir con ellos, pero ella se niega y dice que no, que en esa casa vivió con su marido muy feliz, en esas paredes vio crecer a sus hijos y en ese lugar quiere pasar los últimos años que le quedan.
Además, nunca se aburre porque junto con la cocina tiene otra actividad que la llena de placer diariamente: ver películas mexicanas en blanco y negro y las telenovelas de la tarde. Con eso doña Cata es feliz, a pesar de que últimamente su viejo televisor empezó a fallar.
Pensando en esto, sus hijos se pusieron de acuerdo para darle una gran sorpresa, como efectivamente lo comprueba cuando llegan con una caja enorme envuelta como regalo.
Terminando la cena, llega la hora de abrir los regalos y doña Cata es la primera y más emocionada en ver lo que le llevaron sus hijos. Se trata nada menos que de una pantalla de última generación led, de alta definición y lista para conectarse a internet.
Por fortuna, doña Cata tiene un plan de internet contratado para cuando llegan sus nietos a visitarla porque sabe que sin eso no pueden estar a gusto, aunque ella no entienda nada de eso que llaman wifi ni lo utilice.
Con mucha paciencia, los nietos adolescentes le explican las mil funciones y ventajas de su nueva pantalla. Doña Cata escucha que según ahora ya podrá ver sus películas que tanto le gustan pero a la hora que sea y la que se le antoje, sin esperar que las pasen por un canal de televisión.
Uno de sus hijos le muestra cómo puede buscar en algo que se llama youtube el nombre de la película y verla en ese momento. También le prometen que le van a contratar un plan de otra cosa llamada Netflix que para que vea series. Doña Cata entiende que eso de “series” son como sus telenovelas, pero que más modernas, le dicen.
Lo que más la impresiona es que cuando pregunta en dónde está el botón de encendido de la nueva televisión, sus nietos le contestan que ya no hay eso, que ahora la tiene que encender con la voz hablándole al control remoto. Y lo mismo puede hacer para subir o bajar el volumen o para cambiar de canal.
Finalmente, sus hijos le advierten a doña Cata que no se le ocurra limpiar la pantalla con el mismo líquido con el que lava las ventanas, como hacía con su viejo televisor.
Pero lo que de verdad la deja pensando es que le aseguran que esas pantallas son inteligentes. Jamás en la vida pensó que un aparato fuera inteligente. En su tiempo sólo las personas eran llamadas así, y eso en algunos casos contados.
Una semana después, los nietos de doña Cata regresan para visitarla y miran extrañados que la pantalla está en la sala cubierta con una tela. Mientras el viejo televisor sigue donde siempre lo ha tenido su abuela.
-“Oye, abue, ¿a poco no te gustó la pantalla?”, le pregunta uno de sus nietos a doña Cata.
Ella responde muy normal y sonriente:
-“Claro que me gustó y mucho.”
Sin entender, otro nieto le pregunta:
-“¿Entonces por qué no la usas y sigues con tu reliquia que ya ni agarra todos los canales digitales?”
Doña Cata le acaricia el pelo a su nieto y contesta:
-“Porque si nunca le entendí a los esos teléfonos celulares que todos ustedes usan, menos a esa dizque pantalla inteligente. Que yo creo que sí es muy lista, más que yo porque nomás no le encuentro cómo prenderla. Hasta parece que tengo que tomar un curso para usarla.”
En este periodismo de vida, la historia de doña Cata nos recuerda que mucha de la actual tecnología, a pesar de estar diseñada para facilitar la vida diaria, no es así en todos los casos y sobre todo para muchas generaciones que crecieron y vivieron durante bastantes años sin ella.
Y no estoy hablando de que sólo para algunas personas de la tercera edad resulte complicado usar un teléfono celular, navegar por internet o utilizar pantallas, tablets o hasta lavadoras que también funcionan mediante conexión wifi. Hay generaciones de adultos, no mayores de 40 años para los que estos cambios los sorprendieron hace apenas una década atrás.
Por la rapidez y cantidad con la que surgieron muchas de estas innovaciones, nos parecería como que son producto de varios años de investigación y desarrollo, pero lo cierto es que varios productos salieron después del año 2004.
¿Recuerdas cuándo iniciaron las redes sociales más importantes ahora?
Facebook se funda en el 2004, Youtube en 2005 y Twitter en 2006. Los 3 están dentro del top 10 de los sitios más populares en internet. Se trata de medios de entretenimiento interminable hechos a la medida de los gustos específicos de cada usuario. También representan una plataforma de comunicación más grande y dinámica que sus antecesores, que son la radio, la televisión y la prensa escrita.
Tan sólo Youtube cuenta con más de mil 500 millones de usuarios activos y se suben más de 500 horas de contenido de video cada minuto. Por su parte, Twitter tiene 328 millones de usuarios. Y Facebook cuenta con 2 mil millones de usuarios mensuales activos y se tiene un registro de más de 800 millones de personas que dan “me gusta” a por lo menos una publicación al día.
Los teléfonos inteligentes también cambiaron el mundo. Antes era necesario contar con una línea fija en casa o en el trabajo y no te podías comunicar con alguien si no era de esa manera. Hoy en día llevamos el teléfono con nosotros a todas partes y es una extensión de casi una computadora.
Primero apareció el iPhone en el año 2007 y un año después Android, gracias a Google. También en la vida cultura llegó algo que revolucionó la lectura, ya que actualmente no es necesario comprar un libro y andar cargando las 200 y hasta 500 páginas de una novela. A veces ni tenemos que esperar que libros de otros países lleguen físicamente a México gracias al Kindle que lanzó Amazon en 2007.
Este lector electrónico te permite leer casi como si tuvieras un libro físico en tus manos, ajustando la cantidad de luz, el tamaño de la letra, dejar marcadores en donde te quedaste leyendo y una cantidad de herramientas que para muchos son fascinantes.
Parte de estas nuevas tecnologías de la última década incluyen el internet de banda ancha, que nos permite navegar a gran velocidad, subir y descargar contenido, estar conectados con el mundo, etc. Y de esto mismo se derivó la conexión wifi que ahora casi eliminó los cables en muchos aparatos electrónicos y que nos permite permanecer conectados a internet en todo momento.
Y qué decir del famoso GPS, que antes de su existencia no había otra manera que aplicar ese famoso refrán de “preguntando se llega a Roma”. Hoy con el GPS podemos llegar a donde sea, elegir la ruta más rápida y hasta nos ofrece el tiempo estimado del trayecto, sin contar con esto como una herramienta de localización y monitoreo muy importantes para nuestra seguridad.
Por eso, en este periodismo de vida te pregunto: ¿Qué innovación tecnológica de los últimos 10 años crees que cambió tu vida y de qué manera? Escríbeme a las redes sociales de QTF y comparte con nosotros tus comentarios.
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