“Chi puo non confodore nel delicato profilo di una sola donna quelli di Mimì e di Francine?”
“¿Quién puede no detectar en el delicado perfil de una mujer la personalidad tanto de Mimì con la de Francine?”
El 1 de febrero de 1896 en el Teatro Regio de Turin, se estrenó la emblemática ópera < La bohème > de Giacomo Puccini, con la soprano Cesira Ferrani como Mimì y el tenor Evan Gorga como Rodolfo y la orquesta bajo la dirección de Arturo Toscanini; previo a convertirse en uno de los títulos más exitosos representados en la historia, su acogida tanto por parte del público como de la crítica tuvo un sentimiento de frialdad y una no muy insignificante resistencia. Sin embargo, esto o fue impedimento para que su éxito se propagara vertiginosamente e inclusive su éxito permanezca firme a través del tiempo.
Posterior a su estreno mundial, se presentó en Buenos Aires durante cuatro meses en el Teatro de la Òpera, siendo esta su primera presentación fuera de Italia y comenzando así a integrar la cartelera de casi todos los teatros porteños, su estreno en el Teatro Colón fue en 1909.
La bohème, es considerada una de las obras más bellas y convincentes de Puccini, en la que logró un equilibrio en todos sus aspectos, un libreto brillante formado por una mezcla de drama y comedia, con una perfecta definición musical de sus personajes, así como de sus emociones, hasta una de las mejores muertes en la ópera, siendo así una obra maestra del melodrama.
Su representación metafórica de la juventud cuya despreocupación y alegría sigue encendida a pesar de una madurez cruda y donde Puccini logra que los oyentes se reflejen en los sueños, fantasías y anhelos de este grupo de bohemios y donde todos los que alguna vez hemos sido la osada Musseta y la benevolente y cándida Mimì o ese poeta, músico, filósofo y pintor que dan su vida entera por el arte.
“Los hombres mueren, los gobiernos cambian, pero la música de La Bohème vivirá para siempre”, Thomas Alva Edison.