Estados Unidos (EU) luchaba el martes contra el tiempo para construir cientos de hospitales temporales para aliviar la presión sobre los centros médicos ante la creciente llegada de pacientes de coronavirus, en una jornada en que la cifra de muertos por COVID-19 superó por primera vez los 700.
Eso equivale a que una persona falleció cada dos minutos en el país norteamericano por el virus respiratorio.
Casi la mitad de esas muertes ocurrieron en el estado de Nueva York, que sigue siendo el epicentro de la pandemia en el país. El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, solicitó ayuda al Gobierno federal, argumentando que lo peor podría llegar en unas semanas.
“Debemos estar preparados para la próxima semana, cuando esperamos un gran aumento en el número de casos. Lo que pedí muy claramente, la semana pasada, fue que se desplegara personal médico militar aquí”, dijo el edil en el Centro Nacional de Tenis Billie Jean King en Queens, donde se está construyendo un hospital de campaña.
En su habitual rueda de prensa, el presidente Donald Trump advirtió a los estadounidenses que pasarán dos semanas muy difíciles en la lucha contra el coronavirus y exhortó a todos a seguir las pautas federales de distanciamiento social hasta fines de abril.
“Es absolutamente clave que el pueblo estadounidense siga las pautas durante los próximos 30 días. Es una cuestión de vida o muerte”, dijo Trump en la Casa Blanca.
En total, más de 3.700 personas han muerto por COVID-19 en EU durante el brote, más que el número de fallecidos en los ataques del 11 de septiembre de 2001. El total de contagiados se situaba en más de 184.000, según un recuento de estadísticas oficiales hecho por Reuters.
Funcionarios estadounidenses estiman que la cifra de muertos podría alcanzar entre 100.000 y 200.000.
Más de 30 estados han ordenado a las personas que se queden en sus hogares para contener el virus, una medida que ha estrangulado la economía y ha dejado a millones sin sueldo, al menos temporalmente.