El Metro de Ciudad de México transporta a cerca de cinco millones de personas. En medio de la contingencia mundial por la pandemia del COVID-19, el sistema de transporte colectivo no ha anunciado medidas sanitarias y su limpieza depende de 6,000 trabajadores subcontratados.
Los empleados, que no cuentan con derechos laborales, son en su mayoría adultos mayores, quienes frente a la aparición del coronavirus forman parte del grupo más vulnerable. La evidencia ha demostrado que quienes tienen 60 años o más se ven particularmente afectados con las infecciones derivadas del COVID-19.
Sin embargo, continúan siendo quienes dan mantenimiento a las estaciones y vagones.
Caso similar enfrentan quienes atienden las compras en los supermercados; desde hace unos años los empacadores suelen ser personas de este mismo sector, y más allá de que puedan portar cubrebocas, las horas en contacto con otros ponen en riesgo su salud.
El problema radica en que las empresas no asumen su responsabilidad patronal y se eximen de brindarles garantías en temas de salud y bienestar. Mientras que las y los adultos mayores bajo dichas circunstancias suelen tener ingresos limitados o únicamente contar con ese para sustentarse, por lo que deben continuar laborando.
En las última 24 horas, fueron registrados 11 nuevos casos de coronavirus en el país, informó el director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, José Luis Alomía Zegarra.