¡Tú las traes!

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A menudo un filme que se ostenta como “basado en una historia real” suele ser un intenso drama de supervivencia, una épica lucha contra la adversidad o una inspiradora historia de redención. Y bueno, de vez en vez llega a las pantallas una película que no pretende conmovernos hasta las lágrimas ni rendir homenaje a un héroe surgido de la sociedad, sino que mejor opta por mostrarnos a un grupo de cinco adultos jugando como niños durante 90 minutos.

Esa premisa, aparentemente débil, es quizá la mayor fortaleza de ‘¡Te atrapé!’ (‘Tag’, d. Jeff Tomsic). Comienza con el personaje de Hogan ‘Hoagie’ Malloy (Ed Helms) montando un intrincado plan para sorprender al exitoso empresario Bob Callahan (Jon Hamm) mientras es entrevistado por Rebecca (Anabelle Wallis), una reportera del Wall Street Journal. Para sorpresa de ella, su entrevistado parece darle mayor importancia a evitar ser tocado por su amigo que a hablar sobre negocios para un diario de circulación nacional.

Rebecca descubre que Hogan, Bob y otros tres amigos llevan más de 30 años jugando el mismo juego infantil: “tag”, o lo que en México conocemos como “las traes”. No hay nada más básico que esta forma de entretenimiento, donde la persona que “las trae” debe tocar a otra persona, y esa a su vez debe tocar a un tercero para dejar de “traerla”. ¿Estúpido? Ciertamente. Pero también divertido y competitivo, un vínculo indudable que mantiene unidos a estos personajes en su estado de niñez perpetua.

La reportera decide que hacer una aburrida entrevista más a otro poderoso magnate de la industria no vale la pena ante el potencial de esta curiosa historia, y decide seguir a estos amigos en esta interminable competencia lúdica. Además de Hogan y Bob tenemos a ‘Chilli’ (Jake Johnson), un perdedor desempleado que vive en el perpetuo sopor de la mariguana. También está Sable (Hannibal Burress), un neurótico e inseguro afroamericano con vocación de víctima. Pero el personaje más enigmático, por mucho, es Jerry (Jeremy Renner), el perpetuamente elusivo ser que jamás ha sido tocado por sus oponentes en más de tres décadas de este peculiar juego.

Se revela que esta competencia tiene ciertas reglas. Para empezar solamente se lleva a cabo durante el mes de mayo. Únicamente participan los cinco amigos de la infancia antes, mencionados, pese al interés y el apoyo de la esposa de Hogan (Isla Fisher) y de un bartender local (Steve Berg) que desea incluirse en el grupo a toda costa. Este mayo tiene un reto especial, pues Hogan informa a los demás que Jerry pretende retirarse invicto del juego, así que es la última oportunidad de todos para al fin tocarlo y romper su increíble racha.

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La oportunidad de oro es la inminente boda de Jerry con la atractiva y volátil Susan (Leslie Bibb). Cuando el invicto e intocable amigo descubre la presencia de los otros cuatro en la ciudad, sabe que le están preparando toda clase de emboscadas para atraparlo por fin. Las astucias y extremos a los que llegan los participantes con tal de salir triunfadores en esta última “temporada” desafían la lógica, el sentido común, la decencia y el buen gusto. Exactamente como pueden llegar a ser los juegos infantiles sin supervisión, vamos.

Las caracterizaciones del elenco de ‘¡Te atrapé!’ son superficiales, sí, pero esa es una de las pocas críticas que podemos hacerle a una película que se empeña tanto en humanizar la diversión relativamente sana que ocupa a este grupo de pasmados. La camaradería vive en todos ellos, pese a que la competitividad reinante amenaza siempre con hacerles ir demasiado lejos. Lo más interesante de la dinámica es que al momento de jugar, todos ellos dejan de ser un veterinario ejemplar, un poderoso CEO o un propietario de un exitoso gimnasio. Son niños de nueva cuenta, y hay algo eminentemente atractivo en el abandono que demuestran para entregarse a este pasatiempo.

Si bien todos los actores de este ensamble cumplen de sobra con sus respectivos cometidos histriónicos, el personaje de Jeremy Renner merece mención aparte. Cada vez que inicia una secuencia de persecución sobre su persona lo vemos transformarse en un auténtico superdotado, capaz de reaccionar en fracciones de segundo y anticipar cada movimiento por parte de sus rivales de juego. Escuchar su diálogo interno mientras ocurren estos encuentros es simplemente hilarante. Parece mentira que un actor que tiene en su historial la participación en las sagas de ‘Misión Imposible’, los filmes de ‘Bourne’ y el MCU, haya encontrado su máximo nivel de “cool” en un filme de adultos jugando “las traes”.

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“No dejamos de jugar porque envejecemos: envejecemos porque dejamos de jugar” es una frase que estos amigos han adoptado como un mantra, pero también retrata a la perfección la necesidad de conservar ciertos valores de amistad y lealtad frente a un mundo que propicia la distancia y la alienación. Detrás de la superficie insulsa de este juego se encuentra una historia que va un poco más allá, intentando descubrir lo que motiva a estos hombres hechos y derechos a comportarse como auténticos animales sin miedo al ridículo. La reportera intenta desentrañar constantemente el secreto detrás del atractivo de este juego cíclico, a veces sin percatarse de que ella misma forma parte de él en su afán por comprenderlo.

La historia de ‘¡Te atrapé!’ se origina a partir de una ocurrencia real, que fue de hecho divulgada por el Wall Street Journal hace unos cuantos años. En su momento causó hilaridad el descubrir a un grupo de cincuentones persiguiéndose por toda la Unión Americana para jugar como cuando eran niños, pero esta película nos invita, entre risas ganadas a pulso, a descubrir qué es eso que queremos conservar de nuestros años más felices, y cómo podemos compartirlo. ¿Quién iba a decir que hallaríamos tanto significado en ver a un quinteto de tipos con Síndrome de Peter Pan persiguiéndose desenfrenadamente a través de un campo de golf?

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He dirigido revistas como Men'™s Health, ESPN Deportes y SOBeFiT, pero mi pasión es ver, analizar, diseccionar, eviscerar y disfrutar pelí­culas, tanto en el podcast Finí­simos Filmes como en diversas colaboraciones y columnas. Maté a un hombre en el ring. OK, quizá no, pero serí­a una gran historia'¦