¿Cuándo te realizaron el chequeo médico más reciente?
Blanca -ama de casa, esposa y madre mexicana- se encargó de llevar a su hijo desde pequeño al médico. Como muchas madres en este país, Blanca supervisó cuidadosamente que no le faltara ninguna vacuna a Gabriel y acudió a todas las citas con el ortopedista para cambiarle a su hijo las plantillas cada 6 meses por su problema de pies planos.
Durante meses, Blanca y su esposo Ramón ahorraron con mucho sacrificio el dinero para la ortodoncia de Gabriel, pero valió la pena porque ahora tiene los dientes más derechos de toda la familia.
Hace 8 años Ramón fue diagnosticado con diabetes. Blanca se convirtió en el centinela que estuvo al pendiente de checar sus niveles de glucosa en la sangre, ahorrando lo más posible para comprar las lancetas y las tiras del glucómetro que cada mes representaban un gasto inmenso para ellos.
Sobra decir que Ramón tuvo desde entonces una alimentación especial, una enfermera de cabecera y una esposa amorosa que nunca escatimó en gastos para asegurar el bienestar de su esposo y su hijo, porque aunque se hicieron ajustes en la economía familiar, ellos dos nunca lo resintieron.
El año pasado, Ramón y Gabriel perdieron a la esposa y madre perfecta. O casi perfecta, porque a Blanca se le olvidó cuidar de la mujer por anteponer a la esposa y madre. Entre los sacrificios económicos para cuidar de su familia, Blanca suprimió sus chequeos médicos y un cáncer de mama terrible le quitó la vida.
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Según datos de las instituciones de salud en México, lo ideal es que todos visitemos a nuestro doctor de confianza cada seis meses para que nos haga una revisión médica general por lo menos una vez al año.
¿Para qué? Porque este hábito que para muchos parece un gasto de dinero injustificado, en realidad marca la diferencia entre la vida y la muerte, pues la costumbre de los chequeos sirve para detectar enfermedades que se manifiestan por primera vez o complicaciones por los padecimientos que ya tenemos y tratamos.
¿Y en qué consiste el famoso check up general? Pues en la revisión de varios especialistas médicos, entre los cuales están internistas, endocrinólogos, ortopedistas, odontólogos, nutriólogos, oftalmólogos y ginecólogos, entre otros.
Lo primero que debemos tener es nuestra historia clínica, que de preferencia debe realizarla un médico internista, que es el que ve a los adultos. De esta consulta y del interrogatorio que nos hagan se levanta la orden para los estudios de laboratorio, para ver de manera más completa a cada paciente.
Obviamente, junto con el cuestionario general, se requiere una exploración física para después ofrecer un diagnóstico junto con los resultados de los estudios básicos de laboratorio, como biometría, hemática, química sanguínea, perfil de lípidos, pruebas del hígado, examen general de orina y estudios coprológicos.
Además, se deben incluir algunos de los llamados “estudios de imagen”; o por lo menos una radiografía de tórax y un ultrasonido del abdomen superior. Y aquí viene la pregunta que todos nos hacemos: ¿Quiénes deben realizarse estos chequeos generales?
La respuesta es muy sencilla: todos. Sin embargo, hay personas que lo necesitan sí o sí, cuando en su familia existen antecedentes que resultan hereditarios. Hablo de padres, abuelos o bisabuelos con sobrepeso, diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia -como se llama a los altos niveles de colesterol-.
Aunque también hay que tener cuidado cuando en la familia se han presentado casos de muertes tempranas. Pero sobre todo cuando tienes un perfil sedentario, cuando fumas, consumes bebidas alcohólicas regularmente y vives bajo un estrés continuo.
El chequeo general es obligado para quienes ya tienen un diagnóstico declarado de sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión, osteoporosis o hiperuricemia -que es el aumento de la cantidad de ácido úrico en la sangre-.
Otro grupo de la población al que se le recomienda un check up anual es al de las mujeres en edad fértil, antes de planear un embarazo y un año después de haber tenido al bebé. Sobre todo porque con esta medida se puede prevenir que el niño nazca con algún padecimiento de cuidado.
Recordemos que un gran número de enfermedades mortales son silenciosas y que cuando finalmente se detectan ya es demasiado tarde para erradicarlas con el tratamiento que administrado en las primeras fases podría ser determinante para curar al paciente.
Para ilustrar mejor la cultura de la prevención y las consecuencias de no hacer caso a estas recomendaciones, están los siguientes ejemplos:
Aproximadamente el 9% de la población en México -unos 10 millones de personas- padecen enfermedad renal crónica en cualquiera de sus 5 etapas. En la última fase ya se requiere de hemodiálisis para eliminar artificialmente las sustancias nocivas en la sangre.
Por otro lado, la diabetes y la hipertensión arterial son los padecimientos más comunes que si no se tratan adecuadamente, a la larga pueden provocar una insuficiencia renal. Este tratamiento es mil veces más complejo, costoso y doloroso que realizar un chequeo anual.
Posiblemente, aquellas personas que se justifican diciendo que un chequeo médico anual es un gasto difícil de afrontar no están considerando el costo de un tratamiento por cáncer de mama, cáncer de próstata, por una insuficiencia renal o incluso por una trombosis, entre otras muchas enfermedades que pueden prevenirse o tratarse a tiempo.
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Después de considerar la información de este periodismo de vida, te pregunto: ¿Qué tan seguro estás de tu estado de salud en este momento? ¿Tienes esta cultura de la prevención y has logrado salir de enfermedades graves por tratarlas a tiempo?
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