A ti que me escuchas esta mañana en ¡Qué tal, Fernanda! te pregunto: ¿Qué tanto sabes de Emiliano Zapata?
Seguramente, conoces lo que los libros de historia nos cuentan sobre el también llamado “Caudillo del Sur”, este general que formó parte de los iniciadores de la Revolución Mexicana a principios del siglo pasado.
Pero detrás de la imagen del general con su sombrero de copa alta, bigote poblado y las cananas cruzadas, hay un hombre que persiste en la memoria de un país y en las leyendas que son parte de la tradición oral de los mexicanos que compartieron su tiempo.
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Su historia comienza en 1879, cuando nace en Anenecuilco, Morelos. Desde ese primer momento la leyenda cuenta que sus papás -Gabriel Zapata y Cleofas Salazar- aseguran que su hijo tendrá un futuro excepcional debido a una marca de nacimiento en la espalda, que ellos consideran un presagio.
¿Pero en qué momento surge en Emiliano la idea de que su realidad social no es justa? En las noches de inmenso desconsuelo de su papá, cuando lo ve llorando a causa del despojo de sus tierras por parte de los hacendados, que como a él, le quitaban las tierras a todos los campesinos del pueblo.
Siendo apenas un adolescente, Emiliano pierde a sus papás y consigue estudiar hasta el sexto grado de primaria, ya que no le queda otra opción que emplearse como peón en las haciendas, dedicándose sobre todo a entrenar caballos.
A los 23 años de edad, todo el resentimiento acumulado por lo ocurrido con su padre y las condiciones que le tocan vivir como sirviente de hombres sin consideración por los indígenas, hacen que Emiliano se convierta en líder de la junta de campesinos de Cuautla, iniciando así su carrera política. Estamos hablando del año 1902.
Tan sólo 6 años después -en 1909- lo nombran jefe de la junta de defensa de Anenecuilco. Y al mismo tiempo da inicio la leyenda del rompecorazones que a lo largo de su vida tiene 9 esposas, de las cuales la primera es Inés Alfaro Aguilar, con la que procrea 5 hijos: Guadalupe, Nicolás, Juan, Ponciano y María Elena.
Inés es campesina de nacimiento, de carácter dulce y extremadamente resignada, por lo que le soporta las constantes infidelidades a Emiliano. Hasta que llega a su vida Josefa Espejo Sánchez, la que dicen que es su verdadero amor y la única esposa oficial porque con ella se casa por todas las de la ley.
A diferencia de Inés, Josefa es hija de una familia de ricos hacendados porfiristas, con una infancia llena de lujos, que termina cuando se enamora del líder revolucionario, ya que sus padres la rechazan horrorizados al ver que después de mantener una comunicación permanente por cartas, en 1911 se casa con Emiliano en San José de la Villa de Ayala.
Una boda de una aristócrata y un campesino donde el banquete incluye únicamente frijoles y arroz. No obstante, “La Generala” -como llamaban a Josefa- vive feliz con Emiliano y de ese matrimonio nacen 2 hijos: Felipe y Josefa.
Pero en este punto parece que la leyenda cobra tintes de maldición a causa del desprecio de la familia de Josefa, pues su primogénito muere a los 3 años por la mordedura de una víbora, y la niña fallece por la picadura de un alacrán.
Un año antes el nombre de Emiliano Zapata empieza a verse envuelto en escándalos, cuando en 1910 es declarado forajido al tomar por la fuerza las tierras de Villa de Ayala, que estaban protegidas por el jefe de la policía local, y Emiliano las devuelve a los campesinos.
Al mismo tiempo, Emiliano se une al proyecto de Francisco I. Madero para derrocar a Porfirio Díaz, aprovechando su enorme popularidad en Morelos, que lo hace liderar un grupo armado y toma Jojutla, Chiname y Cuernavaca. Así es como surge el movimiento zapatista que toma como suyo el lema de Ricardo Flores Magón “Tierra y libertad”.
Emiliano se decepciona profundamente de Francisco I. Madero al darse cuenta que una vez que llega a la Presidencia, él también se olvida de los campesinos, lo que orilla a Emiliano a firmar el “Plan de Ayala” el 25 de noviembre de 1911, desconociendo a Madero y uniéndose a Pancho Villa y Venustiano Carranza.
En agosto de ese año, Victoriano Huerta organiza una emboscada contra Emiliano en la hacienda de Chinameca, pero el líder zapatista se da cuenta y evita el atentado. Así es como surge otro de los mitos que asegura que Emiliano empieza a mandar “un doble de cuerpo” a los eventos públicos para engañar a sus enemigos.
Para 1913 todo se complica para Emiliano cuando Victoriano Huerta asesina a Francisco I. Madero y se adueña de la Presidencia. Pero la unión de Emiliano y Pancho Villa consigue que sus ejércitos entren victoriosos a la Ciudad de México un año después, cuando Huerta huye del país tras ser derrocado.
Aunque contrario a lo que esperaba, otro nuevo golpe llega a sacudir a Emiliano cuando tiene fuertes desacuerdos con Carranza y rompen el pacto de alianza. Entonces, Carranza se une al General Álvaro Obregón para derrotar a Villa y a Emiliano Zapata.
Mientras estos enfrentamientos ocurren, Emiliano no deja de acudir a las corridas de toros con su característico atuendo de arreos charros y anillos en las manos. Otra pasión que lo acompaña hasta el fin de su vida es su predilección por los caballos finos.
Pero lo que nunca deja de ser una constante en Emiliano es su pasión por las mujeres. Además de las esposas oficiales, se sabe que también tuvo amoríos con Margarita Sáenz Ugalde, Petra Portillo Torres, María de Jesús Pérez Caballero, Georgina Piñeiro, Gregoria Zúñiga, Matilde Vázquez y Luz Zuñiga. Estas son por lo menos las mujeres “no oficiales” conocidas, pues en total y con casi todas tuvo 16 hijos reconocidos.
En 1915 Obregón derrota a Villa, obligándolo a retirarse del ejército. Pero como aún lo considera una amenaza, lo manda a matar en 1920. Entonces, Emiliano se queda sin aliados y Carranza aprovecha para terminar con él, cuando es traicionado, emboscado y asesinado el 10 de abril de 1919 por el coronel Jesús Guajardo.
El cadáver de Emiliano Zapata es exhibido en Cuautla, como una manera de terminar con los levantamientos campesinos, pero esto hace que el mito del caudillo alimente aún más el movimiento zapatista.
Mito que también habla de que posiblemente ese cuerpo no era el de Emiliano, pues tenía todos los dedos de las manos y al verdadero Zapata le faltaba un meñique que perdió en una charreada. También aseguran que no tenía aquella marca de nacimiento que vaticinó en sus papás que Emiliano sería un hombre especial.
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En este periodismo de vida te presenté la parte histórica y los mitos que giran en torno a uno de los personajes más importantes de México. Un hombre que ha trascendido a través del tiempo, no sólo con el zapatismo, sus ideales agrarios y la defensa de los campesinos, sino también como un apasionado de las mujeres, los caballos y la política.
Y te pregunto: ¿Qué les falta a nuestros políticos actuales para convertirse en líderes con verdaderos ideales en beneficio de los mexicanos?
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