Nuestro país inició el 2018 con un violento fin de semana en distintos puntos del territorio.
En Baja California, murieron siete presuntos delincuentes en dos enfrentamientos con elementos de la Secretaría de Marina dejó siete presuntos sicarios muertos en San José del Cabo.
En la noche del sábado se escucharon detonaciones de arma de fuego en la colonia Costa Dorada, por lo que los marinos acudieron al lugar. Los uniformados vieron a tres hombres con chalecos tácticos y armas largas, a bordo de una camioneta Toyota con placas de California, mientras que otros cuatro hombres, también armados, esperaban en otro vehículo.
Ambas camionetas intentaron escapar en dirección a Cabo San Lucas, iniciándose la persecución. Desde el primer vehículo dispararon contra los elementos, quienes repelieron la agresión y lograron que el conductor perdiera el control de la camioneta hasta que se impactó contra una guarnición; dos de los agresores volvieron a abrir fuego y durante el enfrentamiento dos hombres fueron abatidos y otro fue trasladado en estado crítico al hospital, donde falleció más tarde.
La segunda camioneta se dirigió a la colonia Santa Rosa donde se impactó sobre una barda de concreto. Los cuatro tripulantes se bajaron del vehículo y dispararon contra de los elementos comenzando un tiroteo en el que fueron abatidos.
A la violencia de la joya turística del Pacífico se suma lo sucedido la madrugada del domingo en Guerrero, en donde al menos diez personas murieron en dos confusos enfrentamientos entre civiles armados, policías comunitarios y miembros de las fuerzas de seguridad, en la localidad de Cacahuatepec, ubicada a 35 kilómetros de Acapulco.
En otro evento, seis personas murieron tiroteadas en la localidad de Tecomán, ubicada en Colima. Según las primeras informaciones, las víctimas se encontraban reunidas cuando un grupo de personas irrumpió en el local y abrió fuego contra ellas. La Procuraduría de Colima ha indicado que se ha lanzado una operación en la zona para intentar localizar y detener a los responsables del suceso. Además de otros tres tiroteados en Zacatecas.
En Chihuahua, la lucha de facciones criminales cobró la vida de al menos 32 personas entre la noche del jueves y la noche del viernes.
México cerró 2017 como el año más violento del que se tiene registro. El país registró 26.573 asesinatos entre enero y noviembre del año pasado.
Especialistas esperaban que se rompiera con facilidad el techo de muertes violentas marcado en 2011. En ese año hubo 27.199 homicidios, mientras el país libraba uno de los episodios más violentos de la guerra contra el narco impulsada por el entonces presidente Felipe Calderón.
Con información de El País
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