El 1 de julio de este año la vida de una mujer, esposa y madre de familia, dio un giro dramático tan inesperado como injusto para quien en busca de una mejor apariencia, el camino equivocado se convierte en su peor pesadilla.
La historia de Lucero inicia casi 2 años atrás, cuando en una consulta con su ginecólogo le anuncian la llegada de su primer hijo. De inmediato, tanto su esposo como todos sus familiares cercanos festejan la noticia y los regalos comienzan a llegar.
Durante 9 meses Lucero se dedica a buscar la cuna del bebé, a comprar ropita, a pintar y decorar el cuarto para su próximo hijo. En fin, todos los preparativos normales de una mamá primeriza, que junto con la emoción también experimenta los nervios por el parto.
Para ese momento Lucero busca algunos libros, cursos de psicoprofilaxis obstétrica, yoga para embarazadas y pasa cientos de horas viendo videos en internet sobre cómo relajarse a la hora del parto.
Como toda madre veinteañera, Lucero busca en internet muchas respuestas para las dudas que surgen día con día, no sólo del embarazo sino en varios aspectos de su vida. Es de las llamadas mujeres digitales.
Finalmente, la espera termina y a una semana de cumplirse los 9 meses, su ginecólogo programa el parto de Lucero. Los síntomas del embarazo fueron mínimos para ser una madre primeriza y confían en que todo saldrá perfecto.
Horas más tarde, Lucero carga entre sus brazos a su bebé. Esa nueva vida que ahora pesa 3 kilos y se ve tan pequeño e indefenso, es el motivo de la felicidad más grande que Lucero y su esposo Marco Antonio han experimentado hasta ese momento.
Los días transcurren con relativa calma, pues para los nuevos papás los llantos nocturnos, las desveladas y todo lo que conlleva la llegada de un bebé no es una molestia, al contrario, todo les parece como una experiencia de vida increíble.
Sin embargo, sí hay algo que atormenta a Lucero y esto es el aumento de casi 15 kilos de peso que ganó con el embarazo. Siguiendo los consejos de sus amigas y los tutoriales que encuentra en Youtube, Lucero pasa más de un año intentando bajar esos kilos sin resultado.
Incluso, Lucero pasa por un largo muestrario de dietas de las llamadas “milagro”, como la de la de los huevos, la de las proteínas sin verduras, la de la hormona del embarazo, la de la proteína líquida, la de la sopa y hasta la que recomienda dejar de comer y sólo beber alcohol. Todas con efectos terribles y rebotes escalofriantes.
Pero siguiendo su búsqueda por internet, un día Lucero se topa con una página en Facebook donde aseguran que mediante una dieta milagrosa podrá bajar de peso sin problema. Leyendo la información, el plan de alimentación es sólo un complemento de lo que verdaderamente trata esa página y esto es la venta de unas pastillas.
Las llamadas Avitia Cobrax, son en realidad las mismas pastillas que en 2004 se llamaban Thermatrim y luego cambiaron de nombre a Pura Vida, que fue cuando Cofepris las prohibió, pero siguieron vendiéndose en internet. Desafortunadamente, Lucero desconoce todo esto cuando las compra en 2016 a sólo mil 500 pesos.
Durante un mes Lucero consume estas pastillas diariamente, hasta que una tarde es internada en un hospital privado por intensos dolores de cabeza que originan un edema cerebral. Dos días después sufre un paro cardiorrespiratorio, del que los médicos logran revivirla, pero le sobreviene muerte cerebral.
Al sexto día, su esposo decide que la desconecten y Lucero se va de este mundo dejando a un marido devastado y a un bebé que ya no conocerá a su madre.
En este periodismo de vida, te conté una historia que por desgracia es verídica y ocurrió este año en la ciudad de Monterrey. El caso de Lucero es el mismo por el que muchas personas, hombres y mujeres, están pasando en estos momentos.
Buscando una mejor apariencia física o bajar de peso de manera más rápida y aparentemente sencilla, se pone en riesgo la vida incluso con esas dietas que se anuncian como veganas, libres de grasas, a base de jugos o eliminando todas las grasas que en teoría suben de peso.
Seguir una dieta milagro en lugar de ayudarnos a bajar de peso, puede originarnos osteoporosis, hipertensión, anemia, insuficiencia renal o hepática, problemas tiroideos y en el caso de las mujeres hasta hiperestimulación ovárica. Esto si no nos va tan mal, porque también se corre el riesgo de perder la vida por una complicación grave como en el caso de Lucero.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud de Medio Camino, realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública el año pasado, la obesidad en la población mexicana sigue en aumento, mientras que el número de personas afectadas con diabetes supera ya los 9 millones de mexicanos.
Al mismo tiempo hay un creciente bombardeo de miles de dietas que prometen bajar de peso y hasta controlar los niveles de glucosa en la sangre en poco tiempo, sobre todo en internet donde algunas dicen que se pueden perder 6 kilos por semana, reducir 4 tallas al mes y todo con planes de alimentación que no están avalados por especialistas.
El mayor problema de estas dietas es que no poseen las características mínimas de una alimentación balanceada ni promueven una actividad física o hábitos sanos. Y para los diabéticos son terriblemente perjudiciales porque los efectos negativos en el organismo originan alteraciones metabólicas que les impiden controlar sus niveles de glucosa.
Las dietas milagrosas hacen que se pierda grasa, pero también masa muscular y agua, lo que reduce la capacidad del organismo para consumir calorías. Además, está el famoso “efecto rebote”, pues una vez que se abandona la dieta se vuelve a comer como antes o hasta más porque se cree que ya se bajó lo deseado y ahora sí pueden comer todo lo que estaba prohibido.
De verdad, analicemos algo muy simple… Si las dietas y productos milagro de verdad funcionaran, ¿no sería de lo más común ver a la gran mayoría de la gente caminar por las calles con cuerpos delgados? Lo que sí es una realidad son los casos, como el de Lucero, que por creer en estos fraudes hasta pierden la vida.
Jamás un producto dizque mágico o una dieta de internet sin aval médico serán tan efectivos y seguros como la supervisión de un especialista, como un nutriólogo.
En este periodismo de vida te pregunto: ¿Alguna vez padeciste los efectos negativos de una dieta milagro? ¿Conoces algún caso como el que te conté? Escríbeme a las redes sociales de QTF y comparte con nosotros tus comentarios.
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