En el marco de la Cumbre de Líderes del Grupo de 20 (G20), el presidente filipino Rodrigo Duterte entró en controversia.
Esto luego de afirmar que el presidente estadounidense Barack Obama es un “hijo de puta”, y que esperaba que, durante la cumbre, no le hablara sobre las presuntas violaciones de derechos humanos que ocurren en Filipinas.
“Debe ser respetuoso. Y no solo lanzar preguntas y comunicados. Hijo de puta, te voy a maldecir en ese foro. Nos vamos a revolcar en el lodo como cerdos si me hace eso”, afirmó el mandatario filipino en una conferencia de prensa previa a su vuelo rumbo a Laos, donde asistiría en una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Y es que el estadounidense ha señalado la situación de riesgo en Filipinas, donde han muerto en el gobierno de Duterte unas dos mil 400 personas en operaciones antidroga organizadas por la policía.
Obama no es el único en señalar la situación, ya que se han sumado a las críticas la Iglesia católica, grupos internacionales de derechos humanos, legisladores y Naciones Unidas.
Y es que Duterte es conocido también por su lenguaje vulgar.
Tras conocer las palabras de su homólogo filipino, Obama canceló su reunión programada para este martes.
En rueda de prensa, el estadounidense pidió a su equipo de asesores que “averigüen si de hecho, es un buen momento para tener un diálogo constructivo y productivo”.
Con información de Milenio y La Nación
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